“Si hay confianza entre los compañeros, no debería haber chisme”, eso dice la cultura popular, sin embargo, la realidad es otra. El rumor es la práctica más antigua y es utilizada para aventajar a alguien, dejarle en mal lugar o solo por diversión. En el ambiente laboral, el chisme se ha convertido en el mayor enemigo. Un reciente estudio demostró que siete de cada 10 empleados lo consideran como una forma de violencia laboral.
Los rumores “son proposiciones para ser creídas que se transmiten de persona a persona, habitualmente de forma oral, sin que existan datos para comprobar su veracidad. Se trata de especulaciones no confirmadas que se intentan dar por ciertas con un objetivo determinado, y que condicionan el comportamiento de los demás por encima de la información objetiva”, así lo definen en la internet.
Recientemente, la empresa Adecco demostró que siete de cada 10 empleados consideran el chisme como una forma de violencia en el trabajo, afectando el desarrollo natural de la dinámica labora. Según estos resultados, cinco de cada 10 personas tratan de no involucrarse en un rumor y solo una de cada 10 sabe que la empresa lleva a cabo planes para combatirlo.
Otra investigación realizada por la empresa estadounidense Randstad demostró que el chisme o rumor es la práctica que lidera los centros laborales.
“Si hay una persona que se la pasa hablando mal de los demás eso va a influir directamente en la relación laboral. Los chismes llevan a los rumores, los rumores al conflicto y el conflicto al problema general”, señaló el Iván Yánez, trabajador, al ser consultado por el equipo de Noticias24.
Sam Chapman, investigador y creador del libro “The No Gossip Zone” afirma que las murmuraciones son herramientas que ciertos empleados utilizan en ocasiones determinadas para avanzar en su carrera. “Eso es algo nefasto porque el rumor iniciado puede revertirse a corto o largo plazo en contra de la persona“.
Sergio Castellanos, Licenciado en Psicología Social de la Universidad Metropolitana, coincidió con Chapman y afirmó que los rumores “son facetas inherentes de la dinámica comunicacional de los seres humanos” y que son utilizados como medio de información y a su vez como medio de difamación.
Explicó que los problemas de chismes en todos los entornos se remontan a la niñez de cada individuo, etapa en la que en algún momento fue sometido a malos tratos o estuvo involucrado en rumores. “Esta puede ser una de las razones por las cuales esta conducta sea frecuente”, agregó.
Aclaró que en el campo laboral, factores como la envidia, el odio, el miedo al cambio y la competitividad son determinantes en el comportamiento de los trabajadores. “En los trabajos aplica directamente la frase coloquial ‘quítate tú para ponerme yo’, debido a que la información de un individuo puede ser usada en su contra si ayuda a otro a conseguir lo que quiere”.
“Los comentarios son más negativos que positivos. Si transformáramos lo negativo en positivo,la empresa saliera adelante y fuéramos más productivos. Yo hago caso omiso a los chismes porque sé que de allí no se puede sacar nada bueno y al final no se cosecha nada”, afirmó Mayra Peláez.
Personas que promueven el chisme
Cuando el chisme se convierte en una acción cotidiana, la rutina laboral se enturbia y comienzan los conflictos dentro de los equipos de trabajo. Muchas son las maneras de determinar cuál es el foco que siembra la zozobra, y estos pueden ser algunos de ellos:
– El jefe: los trabajadores concuerdan en que si el jefe es la persona que comienza a practicar una conducta de rumor dentro del círculo laboral, ellos se sienten con la autoridad suficiente para desarrollar este tipo de comunicación inefectiva.
– Los conflictivos: Este tipo de personas se caracterizan por demostrar su rabia con ataques públicos directos, improperios en contra de una persona, insultos y escenarios en donde el entorno laboral se entera del problema.
– El hipócrita: Este enemigo laboral se caracteriza por dañar la imagen de los compañeros a través de rumores falsos que van regándose “de boca en boca”.
– El “soplón”: Este tipo de personas mantiene una actitud bajo perfil en el desarrollo de cualquier situación y ataca cuando una persona comete un error y le cuenta la situación con detalle al jefe.
– El que “busca aliados”: Este tipo de enemigo se caracteriza por agruparse con un compañero para atacar. Es un individuo que por medio de críticas profesionales y personales, busca hacer la vida imposible a un tercero, insultándolo y satanizándolo, no sólo en la oficina, sino en ambientes neutrales y en actividades de integración.
¿Cómo combatirlo?
Diversos especialistas en esta materia aseguran que mantener una clara comunicación con los trabajadores es vital para el buen desenvolvimiento del grupo. El jefe debe promover las prácticas en donde los empleados se sientan incluidos a la dinámica de la empresa, sin necesidad de insertarlos en los círculos privados de la organización.
Una de las maneras más eficaces es visitar a uno de los miembros del personal o del equipo de trabajo, debido a que uno de ellos puede verse más tentado a compartir sus preocupaciones.
Otra forma es “mantener las puertas abiertas” con el equipo ya que los trabajadores se tornan ansiosos ante las reuniones a puerta cerrada de los jefes. A mayor accesibilidad, mejor comportamiento.
Es importante “separar la manzana de la discordia”, ya que con esto la persona encargada de esparcir los rumores negativos es enfrentada y obligada a dejar de llevar a cabo estas malas prácticas.
Finalmente, el jefe debe “enseñar con el ejemplo” y evitar decir cosas acerca de otros que no sería capaz de decir personalmente. Asimismo, debe dejar saber a sus empleados que es lo él esperaría de ellos.
[Fuente: noticias24.com]