1.300 millones de chinos compran muchos teléfonos. Este es el turismo del día, y también la explicación por la que el país de la Gran Muralla finalmente superó durante el tercer trimestre del año a Estados Unidos en el ranking de ventas de teléfonos móviles inteligentes, convirtiéndose así en el primer mercado del mundo para este tipo de dispositivos. Se veía venir desde lejos, pero no por ello este hecho deja de ser menos noticioso.
Los datos, recogidos por la consultora Strategy Analytics en su último estudio del segmento, muestra sin embargo una diferencia mínima entre ambos países: así como en EEUU se colocaron 23 millones de terminales, en China, 24 millones de teléfonos encontraron un hogar, en parte gracias a los súper-competitivos descuentos de las operadoras en los modelos tope de gama, y a la avalancha de teléfonos Android económicos.
Igualmente destacable es el análisis de fabricantes. Así como en Estados Unidos los líderes son HTC y Apple, que juntos acumulan prácticamente la mitad de las ventas, en China son Nokia y Samsung quienes parten y reparten, con el 28,5% y el 17,6% del pastel respectivamente. Además, a Nokia le está yendo de cine. En caso de que no le bastara con pasar el rodillo a la competencia (6,8 millones de teléfonos móviles en tres meses no es precisamente una tontería), las ventas de aplicaciones han estallado, generando una nueva corriente de ingresos para el fabricante finlandés. Será muy interesante ver cómo evolucionan sus ventas una vez que su gama Windows Phone comience a extenderse, pero por lo pronto, ahora podemos comprender mucho mejor por qué no piensa desprenderse de Symbian así como así.
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