China rechazó categóricamente –acusándolo de ‘infundado’– el informe que preparó el Comité de Inteligencia de la cámara baja del Congreso de Estados Unidos, donde acusa a las empresas chinas Huawei y ZTE de ser un riesgo para la seguridad interior.
En el reporte, los congresistas estadounidenses recomendaban a la población comprar los artículos de otro vendedor “si te importa tu propiedad intelectual, (…) la privacidad de tus consumidores y (…) la seguridad nacional de los Estados Unidos“.
El portavoz del Ministerio de Comercio de China, Shen Danyang, afirmó que el informe del comité del Congreso “está basado en sospechas subjetivas y sin información sólida; y en materia de seguridad nacional, han hecho acusaciones infundadas contra China“.
Este nuevo conflicto diplomático entre China y Estados Unidos también obedece al clima político estadounidense, el que se encuentra en plena campaña electoral y la relación del país con el gigante asiático está empezando a ser tratado frecuentemente (y de pésima manera) por los candidatos a la presidencia.
“Espero que los Estados Unidos abandonen esta práctica de discriminar a las compañías chinas; que actúen con los principios de la cooperación para crear un mercado justo y equitativo para los negocios de ambos países; y que promuevan las relaciones económicas y de cooperación bilaterales“, aseguró Shen.