No tomarse de la mano en la oración del Padre Nuestro, recibir la comunión en la mano y no en la boca o evitar el abrazo de la paz: la Iglesia Católica restringió la liturgia en Sao Paulo para reducir el riesgo de contraer gripe H1N1.
Las medidas «preventivas» son aplicadas hasta ahora en tres ciudades del interior del estado de Sao Paulo (sudeste), estado que concentra 90% de los casos de muerte por H1N1 en Brasil en 2013, 55 de 61 víctimas, indicó el diario Folha del jueves.
Una de ellas es Aparecida, a 180 km de Sao Paulo, donde queda el santuario de Nuestra Señora de Aparecida, que recibe todos los fines de semana hasta 200.000 fieles.
«El santuario es un poco más cerrado (mal ventilado) y recibe gente de todo Brasil, incluso de lugares con mayores índices de H1N1», dijo el responsable del lugar de culto, Joao Batista de Viveros.
Desde el 21 de mayo, antes de la misa, se dan las orientaciones: evitar aglomeraciones, el abrazo de la paz o el Padre Nuestro tomados de las manos, y se advierte que la comunión será dada en la mano y no en la boca, explicó a la AFP un portavoz del santuario bajo anonimato.
«Las mismas medidas ya se adoptaron en años anteriores y se mantendrán hasta que la situación mejore», indicó la fuente.
Según Folha, la prioridad es evitar que las manos de los sacerdotes tengan contacto con la saliva de los feligreses.
Las otras dos ciudades donde ya rigen las restricciones litúrgicas son Taubaté y Franca, que ya confirmó su primer caso de H1N1.
Con 2.051 víctimas, Brasil registró el mayor número absoluto de muertes entre los países que llevaban registros detallados durante la pandemia de H1N1 de 2009, que sembró pánico en la población y dejó un total de 18.500 fallecidos.
EFE