El gobernador de Miranda, Henrique Capriles, sostuvo este miércoles una audiencia privada con el Papa Francisco, a quien le entregó una carta en nombre del pueblo venezolano, a través de la cual solicita la intercesión del Santo Padre para que ayude, a través de un diálogo para propiciar un camino de encuentro, reconocimiento y respeto entre todos los venezolanos.
En la misiva, el líder de la unidad nacional, hace suyas las palabras emitidas por el Sumo Pontífice en abril de este año, en las que rechaza toda violencia y anhela “(…) un diálogo basado en la verdad, el reconocimiento mutuo, en la búsqueda del bien común y el amor a la nación (…)”. Capriles dijo al Papa estar dispuesto a conversar con quien sea por encontrarle una salida democrática, pacífica y electoral, a la crisis que hoy vive Venezuela.
“Yo sí creo en la capacidad y poder de convocatoria de la Iglesia y hemos venido a pedir que sea la promotora del diálogo en nuestro país. Tienen con qué hacerlo, la autoridad moral para hacerlo. Tienen la capacidad para llamar a todos. También hemos pedido que interceda para que sean liberados los presos políticos, ya que en Venezuela hay presos por sus opiniones políticas. No vine a pedir nada por mí, sino por Venezuela”.
En la carta, el Gobernador de Miranda también recuerda que desde 2009, el pueblo venezolano ha sido testigo de la consolidación de un régimen de vocación totalitaria que promueva la destrucción de las libertades fundamentales del hombre. “Por eso insistimos en la necesidad de auspiciar un diálogo en Venezuela entre el gobierno y la oposición, para superar la polarización. Su Santidad, como latino, conoce muy bien la realidad de nuestros países, ojalá pueda ayudarnos en ese tema de diálogo”.
Capriles, quien estuvo acompañado por el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, Ramón Guillermo Aveledo; el diputado a la Asamblea Nacional, Julio Borges; el historiados Elias Pino Iturrieta; y la abogada venezolana, Bony Simonovis, también entregó presentes y mensajes de los venezolanos dirigidos al Santo Padre.
[Fuente: Deudelis Oviedo]