Desde pequeños nos han metido la idea en la cabeza de que si no estamos siempre ocupados entonces somos unos vagos, pero muchas veces hay momentos en los que estamos tan ocupados que sentimos que ni chance nos da de respirar.
Hacemos miles de cosas diferentes y tratamos de abarcar distintos temas pero aun así cuando termina el día notamos que en realidad no fue tanto lo que hicimos, entonces empezamos a estresarnos todos porque pensamos en cómo sería si tuviésemos muchas más responsabilidades y que tampoco es el estilo de vida que queremos.
La verdad es que a nadie le gustaría vivir con ese stress encima, por eso debemos pensar si realmente todo ese ajetreo es necesario, porque muchas veces el hecho de que estemos tan ocupados no quiere decir que seamos eficaces.
Todo es cuestión de organizarnos. Detengámonos un momento a pensar que si lo que estamos haciendo es realmente lo más importante, luego pensemos qué es lo que deseamos conseguir y de qué manera lo lograremos, en lugar de trabajar y trabajar sin pensar en los resultados.
Dejemos de trabajar como locos sin sentido y organicémonos tomando en cuanta cuales son las prioridades y los resultados que deseamos.
Recuerda que lo importante no son las horas que pasamos trabajando sino los resultados que obtenemos de ese trabajo.
@JaylinBuffill / Jaylin Buffill