La NASA no solo realiza grandes descubrimientos fuera de nuestra atmósfera sino que también bajo las aguas de nuestros océanos. Lo último no ha sido un OVNI submarino sino algo casi más sorprendente: un bosque. Ya sabes, esa especie de jardín silvestre lleno de árboles plantados de forma irregular y caprichosa. Y el emplazamiento tampoco deja de ser insólito: bajo las heladas aguas del Océano Ártico.
La NASA lo describe como “un bosque en medio del desierto helado“.
En medio del desolado lecho oceánico florece una creciente mancha verde debida a la proliferación de microscópicas plantas marinas. Hasta ahora las bajas temperaturas impedían la proliferación de estas especies vegetales pero el calentamiento global está contribuyendo a que se dé una masiva expansión de fitoplancton con una capa de entre 0,8 y 1,3 metros de grosor y unos 100 kilómetros de extensión.
Al parecer la razón sería que al adelgazar la capa de hielo la luz solar llega con más facilidad al lecho oceánico permitiendo el desarrollo de estas plantas. Resulta también sorprendente la velocidad con la que crece, estimada hasta 10 veces superior a las tasas de crecimiento que tendrían en aguas abiertas.
Al consumir grandes cantidades de dióxido de carbono habrá que estudiar la cantidad de CO2 que está entrando en el Océano Ártico, y de continuar el adelgazamiento que desde hace años está produciéndose en esa zona los científicos pronostican que habrá todo un inmenso bosque bajo el mar en aquella zona