El estar emocionado por algo nos hace anticipar lo que podría suceder así que nos pone a pensar e imaginar diferentes escenarios.
Eso requiere un tanto de concentración, lo que nos mantiene despiertos.
Cuando estamos echados en la cama, cansados mas no somnolientos, a veces imaginamos cuán agotados estaremos al día siguiente si no conciliamos el sueño. Nuestro propio insomnio empieza a dominar a nuestra mente y entre más nos concentramos en ello, más se acelera el proceso mental y sentimos menos sueño.
El estrés, la preocupación y la emoción también fomentan la producción de adrenalina e hidrocortisona, una hormona y un esteroide naturales del cuerpo que nos mantienen aún más despiertos.
¿Son los humanos los únicos animales que dan regalos?
No estamos solos en ese comportamiento: hay muchas otras especies que intercambian presentes, muchas veces con los mismos motivos que nosotros.
Según los investigadores, hay varios tipos de aves en las que el macho intenta conquistar una pareja potencial presentándole una variedad de regalos comestibles durante el cortejo.
Pero parece que no siempre hay intereses creados. En un experimento realizado en la Universidad de Duke, Carolina del Norte, en EE.UU., los científicos llevaron a un chimpancé bonobo a un cuarto con una variedad de comida. En lugar de acaparar todo el alimento, el mono repetidamente abrió una puerta para compartir la comida con otro bonobo desconocido.
Es más raro encontrar animales que comparten regalos con otras especies pero podríamos tener un ejemplo de eso a nuestros pies.
Si usted tiene un gato que constantemente trae las presas que caza dentro de la casa, realmente está siendo muy cariñoso.
El felino se habrá percatado que usted tiene una capacidad limitada como cazador nato y habrá tomado la iniciativa de hacer el trabajo por los dos.
¿Es natural odiar el sabor de las coles de Bruselas?
Curiosamente, podrían ser los genes los que determinan por qué algunos rechazan esta verdura que a muchos nos obligaban a comer de chicos.
Un estudio de la Universidad de Cornwall, Inglaterra, descubrió que las coles, o repollitos, contienen un químico parecido a la feniltiocarbamida, que le sabe amargo solo a las personas que poseen una variante de cierto gen.
La investigación concluyó que más o menos 50% de la población mundial posee una mutación del gen específico. La otra mitad no puede saborear la amargura comúnmente asociada con los repollitos y, por consiguiente, le sabe bien.
¿Por qué se encoje la ropa con el lavado?
La ropa de lana es propensa a este fenómeno porque el pelo animal está hecho de escamas de queratina que están superpuestas como las tejas de un techo.
Cuando un suéter o jersey se calienta y se moja, las fibras se estrujan y el patrón de las escamas queda ajustado en una dirección, así que los hilos individuales de lana se tensan.
Otras telas se encojen porque, durante su producción, las fibras se estiran en los telares y esa tensión queda fija en la prenda final, hasta que se lava por primera vez.
Con el calor y el agua, las fibras se relajan y, al secarse, regresan a su longitud que tenían antes de que fueran transformadas en prendas de vestir.
[Fuente: BBC]