La venezolana Adana Morillo compartió en Facebook la siguiente lista en la que da una suerte de lo que ella considera es el resumen de su estadía en Chile y de las cosas que ha tenido que cambiar desde que emigró de Venezuela para esta hermosa tierra. Acá lo compartimos porque nos parece un excelente recordatorio a todos aquellos que quieren emigrar de que en el país de destino, las cosas son muy distintas a como eran en el sitio del que saliste. Léalo a continuación:
Resumen de mi estadía en Chile:
– Aún no suelto el mapa. Google Maps y Moovit son mis mejores compañeros de viaje.
– Trabajo en una gran empresa, donde TODOS los días se aprende algo.
– Tuve que aprender a cocinar. No es la mejor comida, pero es aceptable.
– Ser independiente es buuurda de difícil. Quiero a mi mami.
– Aprendí a jugar taca-taca, comer aguacate (palta) y tomar vino.- Se cobra una vez al mes.
– Hay que saber administrarse. Este punto se encuentra fuera de servicio.
– El clima es coño e madre.
– El 90% de mi tiempo en la calle tengo el teléfono en la mano. Justo ahora estoy en la calle.
– Se camina burda.
– Hay fumadores que jode.
– La contaminación es arrechísima.
– La calidad humana de los chilenos que me rodean es inigualable, pero en general, tienen un carácter que Dios se los guarde.
– Cambié el «Buenos días/tardes/noches» por un «Holaaaaa», con acentico y todo.
– No puedes ducharte con agua fría, ni siquiera en verano. Es EXTREMADAMENTE fría.
– El metro funciona, es una locura, pero funciona. Por cierto, cuesta alrededor de un dólar y luego tienes dos horas para tomar dos camioneticas a costo cero.
– El dólar ha aumentado aproximadamente 150 pesos, con eso me compro una chupeta y un par de caramelos.
– No tienes que decir «en la paraaaaada» a todo gañote. En los buses hay timbres y sólo se detienen en sus paradas, ni antes ni después. Así que podemos sentarnos tranquilamente en la «cocina».
– En las micros NO hay música, todos andan con audífonos (cada quien en su mundo).
– Los chilenos tienen un don especial: duermen en los buses y metro hasta su parada, se despiertan justo antes de llegar. Una vez lo hice y me perdí.
– Respetan el paso peatonal, incluso los motorizados.
– Hay semáforos que funcionan al pelo, igual se debe andar pilas viendo pa los lados. No podemos confiarnos.
– Hay millones de bicicletas.
– No existe un solo plato típico. Al preguntar por esto, todos dicen uno distinto.
– Aún no hago turismo.
– Hay nuevas palabras en mi diccionario.
– Mi hijo es un chileno más.
– La salud pública no es muy buena. Obviamente tiene un margen porcentual muy por encima a la de allá.
– Santiago es caro, aunque para mí todo es barato (por lo accesible), pero es caro.
– La gente anda arrecha con la Bachelet.
– No he visto el primer perro muerto en la calle.
– Hay políticos tan brutos como los de Venezuela
– Todos se besan apasionadamente, no importa el lugar. «Mujer con mujer, hombre con hombre y también mujer con hombre del mismo modo y en sentido contrario», recordando la frase célebre de Miss Antioquia Colombia 2008.
– La lucha por la igualdad de género es un gran tema, también el de la adopción.
– Los medios de comunicación tienen amarillismo puro.
– El chileno es al 18 de septiembre, lo que el venezolano es a las navidades.
– Las navidades son aburridas, no se escucha un cochetico ni tienen plato navideño.
– Orgullosa de lo que soy capaz de lograr.
– No extraño el sistema venezolano, en lo absoluto.
– ¿Qué extraño de Venezuela? Mmmmm, esteeee, aammmm… Mi familia-amigos, playas, clima y queso. Sí, sólo eso!
– La mejor decisión de mi vida.
– Estoy feliz.
Fin!
¿Eres inmigrante en Chile? ¿Qué otra cosa le añadirías a esta lista? Déjalo en los comentarios y si te gustó esta nota, compártela.