Cuando uno se propone como candidato para un puesto de trabajo, especialmente si se trata de una candidatura online, el número de competidores con el que habremos de luchar por el puesto de trabajo será muy elevado. Y, por ello mismo, el tiempo que el seleccionador dedicará a cada currículum será limitado. En ese breve lapso temporal, que una investigación realizada por The Ladders sitúa en seis segundos, al menos en lo que se refiere al primer vistazo, tendremos que haber captado la atención del profesional de recursos humanos. Y para eso, no sirve con repetir lo que acaba de leer en otros cien currículos.
La cada vez más vasta bibliografía dedicada a la redacción de cartas de presentación y de currículos ha provocado que en un gran número de estos documentos aparezcan repetidas las mismas ideas. En muchas ocasiones, exactamente en los mismos términos. Cualidades que en un pasado eran percibidas como lo que diferenciaban al profesional contratado del descartado ahora son, debido a su uso y abuso, meros lugares comunes que ya apenas significan nada. Entre otras cosas, porque se trata de virtudes que ya no representan un plus, sino que se dan por supuestas.
En realidad, lo importante no es tanto dejar de utilizar estos términos (que al fin y al cabo representan cualidades deseables en un trabajador) como ser capaces de justificar su inclusión y mostrar de qué manera se traducen en la práctica o cómo pueden ser demostradas de forma explícita. A tal respecto, la red social LinkedIn realiza cada año un análisis entre los documentos subidos a su página con el objetivo de averiguar cuáles son las palabras (o buzzwords como ellos las denominan, es decir, “palabras de moda”) más repetidas. Los resultados obtenidos durante 2012 no distan significativamente de los que se recabaron en años anteriores, si bien llama la atención que hayan desaparecido de la lista de los diez más empleados (aunque asomen en los siguientes puestos), respecto a hace un par de años, “orientado a resultados”, “rápido” y “trabajador en equipo”. Pero, ¿cuáles fueron los términos más empleados durante el pasado año?
Creativo. A todo el mundo le gusta pensar que es muy creativo y que es capaz de alumbrar ideas que no se le ocurrirían a ninguno de sus compañeros. Entonces, ¿por qué utilizar para describirse el mismo término que emplean otros tantos millones de personas?
Innovador. Algo semejante ocurre con este término, aunque si bien lo creativo suele hacer referencias a empleos más relacionados con lo artístico, quizá lo innovador esté más vinculado a lo técnico. Además, este tipo de conceptos tiene un problema añadido, y es que, en muchos casos, pueden ser interpretados por los encargados de recursos humanos más conservadores como un sinónimo de “no voy a hacer las cosas como las soléis hacer”. Con información de elconfidencial.com
Experimentado. El movimiento se demuestra andando, y la experiencia, a través de nuestras obras. En ocasiones, una larga lista de actividades de importancia relativa puede decir menos que ser capaces de hacer ver al seleccionador ese proyecto de envergadura en el que participaste en el pasado y que puede conocer y apreciar como un buen trabajo.
Organizativo (organizational). Quizá uno de los términos que tiene una traducción más complicada al castellano, aunque hace referencia a todo lo relacionado con la empresa. El organizational resume es aquel currículum que realiza una firma para presentar su propia historia y sus logros. El término hace referencia a las habilidades blandas, como la actitud personal, la resolución de problemas o la capacidad de trabajar en grupo. Todos ellos, conceptos constantemente repetidos en los diferentes currículos.
Dinámico. En un episodio de Los Simpson, los creadores de Rasca y pica contrataban a Krusty el Payaso para diseñar un nuevo personaje. El resultado sería el perro Poochie, un auténtico fracaso que sería eliminado rápidamente de la serie. Pues bien, “dinámico” era uno de los adjetivos empleados para definirlo, lo que ya nos sugería que es un concepto utilizado cuando no se nos ocurre nada mejor. Se trata de un término comodín que, además, resulta enormemente complicado de definir, aunque la RAE lo caracterice como la persona “notable por su energía y actividad”. Como ocurre con muchas de estas palabras, su significado es tan amplio que dicen muy poco de nosotros.
Habilidades sociales. El término en auge durante los últimos años, debido a que cada vez son más los estudios e investigaciones que demuestran que el manejo de dichas habilidades es esencial para triunfar en el mercado laboral. Sin embargo, es uno de esos conceptos que apela a la fe del que nos ha de contratar, puesto que pocas formas tenemos de demostrar dichas capacidades antes de encontrarnos cara a cara con el seleccionador. ¿Cuántas personas socialmente hábiles sobre el papel son incapaces de empatizar con su entorno o de vencer la vergüenza en la entrevista de trabajo? Además, se trata de un concepto tan global que es preferible hacer hincapié en las cualidades particulares –liderazgo, diplomacia, negociación– en las que destacamos.
Motivado. Se sabe, gracias a los diferentes experimentos psicológicos, que el trabajador que goza de una motivación interna –como la realización personal– resulta más productivo que el que se mueve única y exclusivamente por elementos externos, como el dinero. Por lo tanto, aquellos empleados que muestren mucha pasión por desempeñar su labor serán los más deseables. Sin embargo, ello ha conducido a que todos hagamos gala de nuestra predisposición a trabajar, muchas veces, de forma exagerada.
Especializado. Esta palabra no formaba parte del top ten global, pero era una de las más empleadas en España en comparación con otros países. Al fin y al cabo, se trata de uno de esos puntos en los que nos podemos diferenciar de otros trabajadores ya que, si gozamos de unos conocimientos que casi nadie posee, hagamos gala de ellos. Otra cosa es señalar que estamos “especializados” en lo mismo que nuestros competidores, o en algo que no tenga que ver con el puesto de trabajo que perseguimos.
Resolución de problemas. La vida es un largo recorrido que consiste en, básicamente, resolver las dificultades que nos encontramos día tras día. Algo semejante ocurre en el mundo laboral, donde debemos alcanzar unos objetivos a través de la superación de los escollos que nos separan de los mismos. Este término tan de moda, heredado de la matemática, sufre también el problema de la ambigüedad. ¿Qué gran problema has resuelto? Señálalo y el seleccionador te creerá.