Un hijo de Muamar Gadafi a quien los rebeldes daban por capturado hizo una aparición sorpresa ante sus partidarios la noche del martes en Trípoli y llamó a los leales al régimen para que combatan a los oponentes que ahora dicen controlar la mayor parte de la ciudad.
Saif al-Islam, que ha sido considerado el heredero aparente de su padre, visitó el hotel de Trípoli donde se alojan los corresponsales extranjeros para declarar que el Gobierno está ganando la batalla contra los rebeldes.
Él llevó a periodistas al bastión de su padre, el complejo de Bab al-Aziziyah. Las imágenes de televisión le mostraron sonriente, saludando a partidarios, levantando los brazos en el aire y haciendo el signo de la victoria con la mano.
"Desbaratamos a los rebeldes. Fue una trampa. Se lo hicimos pasar mal, así que estamos ganando", dijo Saif.
"Tomad las armas hoy, tomad las armas hoy", dijo Saif a leales al régimen a la espera para recibir armamento.
"Inshalá (Si Dios quiere) atacaremos hoy a las ratas", dijo ante los aplausos de los asistentes.
Los rebeldes y la Corte Penal Internacional de La Haya habían informado en la víspera sobre la detención de Saif y su aparición ante la prensa extranjera planteó dudas sobre la credibilidad de los rebeldes.
El hijo de Gadafi dijo que Trípoli estaba bajo control gubernamental y que no le importaba las órdenes de arresto emitida por el tribunal contra su padre y él por crímenes contra la humanidad.
Gadafi no ha sido visto en público desde hace varias semanas, antes de que los rebeldes llegaran el domingo a la capital. Pero cuando se le preguntó si su padre estaba a salvo y bien en Trípoli, Saif contestó: "Por supuesto".
Los líderes mundiales instaron a Gadafi, de 69 años, a rendirse para prevenir más derramamiento de sangre y apelaron a una transición ordenada del poder, mientras la batalla por el control de la nación norafricana productora de petróleo pareció entrar en su recta final después de seis meses.
Batalla en Trípoli
Los rebeldes entraron en Trípoli hace dos días mientras se producía una revuelta en el seno de la ciudad.
Periodistas vieron tiroteos y enfrentamientos con armas pesadas, incluidos cañones antiaéreos, mientras los rebeldes trataban de anular a los francotiradores y los focos de resistencia.
Cientos de personas habrían muerto o resultado heridas desde el sábado. Pero los tanques de Gadafi y los francotiradores parecían controlar sólo pequeñas zonas, sobre todo en los alrededores del fortificado complejo Bab al-Aziziyah, en el centro de Trípoli.
Los civiles que llenaron las calles el domingo para celebrar el fin de la dictadura ahora permanecían en casa mientras el fuego de ametralladoras y las explosiones se sucedían en algunos de los combates más encarnizados de las revueltas de la ‘primavera árabe’ que afecta a Oriente Medio.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, diciendo que el conflicto no había acabado, pidió a los rebeldes cautela para no tomar venganza contra el brutal gobierno de Gadafi.
"La verdadera justicia no provendrá de represalias y violencia", declaró.
Obama también dejó en claro que Washington se opondría a cualquier grupo en el seno de la coalición rebelde que imponga su poder sobre otras partes de la sociedad libia.
"Por encima de todo pedimos una transición integral que lleve a una Libia democrática", dijo Obama.
Fuente [Excelsior.com.mx]