Autoridades locales y religiosas anticipaban que la primera visita de Benedicto XVI a México atraería a cientos de miles de personas de varios lugares, por lo cual habilitaron terrenos como estacionamientos temporales y establecieron zonas de acampado, que en aún la mañana del viernes lucían vacíos.
Benedicto XVI llega casi siete años después de iniciado su pontificado por primera vez a México, un país que tuvo un vínculo estrecho con su antecesor, Juan Pablo II, a quien se le reconocía un carisma mayor que al actual Pontífice.
Autoridades religiosas han dicho que esta será la oportunidad para que Benedicto XVI establezca su vínculo con los fieles mexicanos.
En las calles de León, que junto con otras ciudades de Guanajuato suspendió las clases el viernes, se veía por la mañana a gente lista para ir a trabajar y a algunos grupos de voluntarios que se preparaban para la llegada por la tarde de Benedicto XVI, quien ya se encontraba en vuelo desde Roma.