La sinusitis es una inflamación de los senos paranasales, cavidades huecas dentro de los huesos de la mejilla y la frente que se encuentran alrededor y detrás de la nariz. Puede afectar a cualquier persona y se origina a partir de una infección viral común que se complica con una infección bacteriana.
«No todos los resfríos terminan en sinusitis. El paciente debe presentar alguna condición anatómica como la desviación del tabique nasal, o inflamatoria como las alergias. A esto se suman factores ambientales», explica el Dr. Héctor Rojas, otorrinolaringólogo de Clínica Santa María.
Por eso, es importante estar atento si un resfrío no mejora luego de dos semanas, especialmente si está acompañado de fiebre, cefalea, descarga nasal verde-amarillenta y mal aliento. Los niños también pueden presentar irritabilidad, fatiga, náuseas, vómitos e hinchazón alrededor de los ojos.
Si bien esta enfermedad no es contagiosa, está asociada a cuadros respiratorios altos, por lo que se debe evitar la transmisión de resfríos que pueden desencadenar su aparición y posteriores complicaciones.
Tratamiento
Ante la presencia de molestias es necesario acudir a un especialista para que diagnostique la enfermedad e indique el tratamiento más adecuado. «La mayoría de los pacientes responden bien a la terapia antibiótica. Además se pueden recetar descongestionantes, gotas salinas y, en ocasiones, antialérgicos», comenta el Dr. Rojas.
La duración de los síntomas permitirá determinar qué tipo de sinusitis presenta la persona. Cuando la infección se prolonga hasta por cuatro semanas se trata de una sinusitis aguda, mientras que cuando dura más de ocho o sucede varias veces en el año se convierte en crónica.
En este último caso, la solución depende del tratamiento de los factores predisponentes. Si la causa es inflamatoria se utilizan medicamentos y, en caso de ser anatómica, se realiza una cirugía mínimamente invasiva y, a veces, ambulatoria.
Revista Mujeres.-