Anzoátegui está conformada por 43.300 kilómetros cuadrados los cuales se dividen en hermosas costas, en aquellas llanuras hermanas de las planicies guariqueñas, su Mesa de Guanipa madre fecunda que permite el nacimiento de cualquier semilla que se pose en su regazo terrenal, su sub-suelo rico en petróleo, ese oro negro que corre raudo cual río subterráneo por varios de los 21 municipios de la región, posee el majestuoso Neverí brazo del impetuoso Orinoco, ese que como una vena atraviesa el cuerpo del estado dándole vida a propios y extraños, estas son algunas de las características que engalana la tierra del anzoatiguense.
Barcelona escenario de gestas heroicas, Puerto La Cruz capital del turismo y la belleza con esa bahía de Pozuelos que se presenta grandiosa ante los ojos de cualquier incrédulo, Guanta centro portuario por excelencia que con su Parque La Sirena, su zona rural y la cementera hacen de ella una tierra inolvidable, Lechería terruño de pescadores transformada en mini-metrópolis del buen vivir, a pesar de la triste realidad que hoy la cobija, Anaco y su palpitar de gas, San Mateo con sus quesos y ganadería, El Tigre con su literatura calles viejas y su Oficina Numero 1, Cantaura ejemplo de crecimiento y modernización enclaustrada en el centro de la entidad.
Esto es Anzoátegui una tierra bendecida por Dios, un pedacito de cielo que el creador moldeó con el más arduo de las pasiones y con el sentimiento de su bondad infinita. Este es el estado donde tuve la dicha de nacer y es la tierra que se mezcla en días calurosos con mi piel y es la alma que me mueve a ser cada día un mejor ciudadano. Este estado en sí tiene todo el potencial para convertirse en el epicentro de una grandiosa gesta de crecimiento y desarrollo indetenible.
Anzoátegui lo tiene todo: bellas playas, llanuras enormes como el amor de una madre, un solio misericordioso para la agricultura, y un pueblo que a pesar de los tropiezos y problemas que se le presentan diariamente tiene una fe inquebrantable de que siempre habrá un mañana mejor. Esta región posee los dones para ser la más grande tierra de todo el oriente venezolano, y porque no de toda la república, sólo le hace falta un buen gobierno que la lleve por los caminos del progreso y de la inclusión.
El pueblo es sabio y lo ha demostrado. Una vez el Dr. Caldera aseguró ante una interrogante acuciosa de un reportero de lanza en bolígrafo y de verbo cauteloso, que “los pueblo nunca se equivocan, somos los gobernantes los que nos equivocamos” y de esto Anzoátegui tiene un largo listado, pero es hora de un cambio profundo, ese buen gobierno que necesitamos empezará a mostrarse a partir del 16 de diciembre cuando Antonio Barreto Sira sea electo gobernador y siga dándolo TODO POR ANZOATEGUI.
¡Fuertes a locha a mi gallo voy!
Por: José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano