Aunque la mayoría de los alimentos parecen aportarnos algún beneficio, hay diferentes factores que debemos tomar en cuenta antes de ingerirlos, pues existen alimentos que pueden ser nocivos para nuestra salud.
A continuación te presentamos una lista de alimentos que los expertos no recomiendan ingerir y el por qué, del portal yahoo.com.
1. Jitomates enlatados. La cobertura interna de las latas está hecha de debisfenol-a, un estrógeno sintético que se ha relacionado con diabetes, obesidad, ataques al corazón y problemas de esterilidad.
La mencionada sustancia hace que se reduzca la producción de esperma y daña las células reproductivas de los animales. La acidez de los jitomates hace que esa sustancia se desprenda de la lata.
La mejor opción será optar por los que vienen en vidrio, en tetrapack o comprarlos orgánicos o frescos en el mercado.
2. Pop corn de microondas. Las bolsas de palomitas para microondas contienen químicos como el ácido perfluoroctanoico (PFOA), que se relaciona con problemas de infertilidad en las mujeres. Probado en animales, esta sustancia ha provocado cáncer en el hígado y en el páncreas.
Cuando la bolsa es metida al microondas, estas hacen que el PFOA se evapore y se adhiera al alimento. El problema está en que éste no se puede metabolizar y se va quedando en el organismo.
Lo más recomendable es preparar palomitas a la «antigüita», en la estufa. Aunque las de bolsa sean prácticas, seguirán haciendo daño y en el mercado por lago tiempo. Por ejemplo, la compañía DuPont piensa retirarlas hasta 2015.
3. Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Este tipo de alimentos, para su cultivo, requieren una gran cantidad de herbicidas que contaminan el suelo, los cuerpos de agua, animales y por supuesto, seres humanos. Provoca daños y hasta mutaciones.
Pero, ¿cuáles son los alimentos OGM? Los más comunes son: maíz, papa, alfalfa, soya, canola, papaya, arroz, miel, calabaza, tomate, tabaco, frijoles.
La opción para deshacernos de ellos es comprar verduras y frutas orgánicas o crear nuestro propio huerto. Cuando compras en el supermercado, es importante checar las etiquetas para ver si es un OGM o no.
4. Leche con hormonas. Para acelerar la producción de leche, los productores tratan a las vacas con hormonas del crecimiento (rBGH o rBST). Esta hormona crea infecciones en las ubres y aumenta la presencia de pus en la leche. Anudado a esto, desencadena la producción de otra hormona, la IGF-1, que eleva la insulina.
¿Por qué hace daño? La hormona del crecimiento está relacionada con el cáncer de mama, de próstata y de colon.
En algún tiempo se llegó a creer que el cuerpo sintetizaría la hormona, pero ahora se sabe que la caseína en la leche evita que se rompa la molécula.
En algunos países, la rSBT ya ha sido prohibida, pero no en todos. Lo mejor será comprar leche orgánica y producida sin químicos.
5. Salmón de granja. Estos peces, antes de convertirse en alimento, son alimentados en las granjas con soya, guano de ave y plumas hidrolizadas, lo que hace que mantengan poca vitamina D, y los hace acumular PCBs y carcinógenos como el DDT; además, antibióticos y pesticidas que usan para combatir las bacterias de las granjas, se trasladan directamente a nuestro organismo.
El salmón más contaminado se produce al norte de Europa y es exportado a toda América. Hay que optar, mejor, por los pescados locales, los más frescos, o por el salmón de Alaska.
6. Carne de res. La mayoría de la carne de res que se encuentra en el supermercado, viene de animales que son alimentados con granos de maíz, soya y excremento de ave. Sí, esa mezcla hace que las reses crezcan mucho más rápido, que se produzca más carne y que baje el precio.
Pero, nos encontramos con una carne con bajos niveles de beta caroteno, vitamina E, omega 3s, ácido ácido linoléico, magnesio y potasio, es decir, mala concentración nutricional.
Las reses son herbívoras, lo que no es respetado. Así que siempre será mejor comprar carne que provenga de animales de libre pastoreo. Puede que sea más cara, pero será mejor.
7. Manzanas convencionales. Las manzanas son las frutas que más dosis de pesticida reciben. Las plantas generan resistencias a los hongos y las plagas, y esa resistencia se guarda como información en el material genético de las semillas. Pero, debido a que las manzanas que comemos vienen del mismo árbol ya durante muchos años, esa resistencia no ha pasado a otras generaciones. Lo que quiere decir que cada año, esos árboles son roseados con grandes cantidades de pesticida, lo que nos comemos.
Algunas industrias aseguran que estos residuos no son dañinos, pero cuando las manzanas son consumidas con frecuencia, no son tan buenas para nuestra salud. Para prueba están los trabajadores, quienes al estar mucho más expuestos con los pesticidas, han desarrollado niveles más altos y agresivos de cáncer. Asimismo, estos químicos han sido relacionados con el mal de Parkinson.
De nuevo, la mejor opción serán las manzanas orgánicas. Si este tipo de fruta resulta muy cara para nuestro bolsillo, se puede optar por lavar bien las otras manzanas y quitarles la cáscara, para reducir un poco su efecto nocivo.