Un nuevo supermercado que abrirá en Boston, en el noreste de Estados Unidos, venderá sólo productos que hayan expirado, en una iniciativa impulsada por los altos niveles de desperdicio de comida, los problemas de acceso a los alimentos en algunos sectores y la mala nutrición de muchos estadounidenses.
Solo en EE.UU., el 40% de la comida es tirada a la basura, en parte por las a veces confusas etiquetas que informan a los consumidores diferentes fechas sobre «úsese hasta», «véndase hasta», «mejor antes de» o «disfrute hasta».
Algunas de estas fechas no están fundamentadas en la seguridad de la comida, sino en su sabor, estima Dana Gunders, investigadora del Consejo de Recursos Nacionales de la Defensa (NRDC), una organización internacional dedicada a analizar políticas de salud, que presentó un informe en el que asegura que mucha de la comida que según este sistema de etiquetado está «expirada» es perfectamente comestible.
«Este enrevesado sistema no está logrando lo que se pretendía con el etiquetado: aportar un indicativo sobre la frescura de los productos», dice en su presentación el informe, en el que participó la Clínica de Leyes y Políticas de Harvard.
De acuerdo con estimados de la industria, unos US$48.000 millones son desechados anualmente, equivalente a una décima parte de la comida que se vende en supermercados y tiendas.
«En cambio, crea confusión y lleva a muchos consumidores a creer, equivocadamente, que las fechas impresas indican seguridad microbiológica de la comida, lo que indebidamente reduce la importancia de indicadores de seguridad alimentarias más pertinente»
«La confusión también conduce a una considerable cantidad de desperdicio de comida evitable, ya que la errada creencia de que las comidas vencidas son categóricamente no aptas para el consumo, lleva a los consumidores a descartarlas prematuramente».
Confusión a nivel federal
«La confusión también conduce a una considerable cantidad de desperdicio de comida evitable, ya que la errada creencia de que las comidas vencidas son categóricamente no aptas para el consumo lleva a los consumidores a descartarlas prematuramente»
Consejo Nacional para la Defensa de Recursos Naturales
Según los investigadores del NRDC la proliferación de etiquetas en EE.UU. responde a la falta de una legislación federal única, lo que ha forzado a que los estados y algunos sectores de la agroindustria establezcan diferentes códigos y regulaciones.
Aunque el Congreso no ha investido oficialmente a alguna agencia pública con la autoridad para supervisar la seguridad de la comida, en la práctica la Administración Federal de Drogas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Agricultura son responsables de proteger la salud de los consumidores.
Según lo establecido en diferentes leyes, la FDA supervisa todos los alimentos, con la excepción de carnes, aves y pescados. Estos últimos caen bajo la responsabilidad del Departamento de Agricultura. En otros rubros ambas oficinas comparten responsabilidades.
A principios del próximo año, el empresario Doug Raunch, quien alguna vez estuvo detrás de la exitosa cadena estadounidense de supermercados orgánicos Traders Joe´s, abrirá en Boston un supermercado y un restaurante en los que venderá comida pasada de fecha.
El proyecto de Raunch se llama La Mesa Cotidiana (The Daily Table) y, según explicó en una entrevista con la Radio Nacional Pública, será una mezcla de mercado, restaurant y escuela de cocina.
La zona donde operará La Mesa Cotidiana, Dorchester, es un área empobrecida de Boston, mal atendida por las cadenas tradicionales de supermercados.
Algunos han expresado dudas de que los consumidores estén dispuestos a comprar productos que han sido descartados por otros establecimientos e incluso advierten que muchos podrían considerar la iniciativa ofensiva hacia las personas de menos recursos.
A veces lo que dicen las etiquetas no es tan útil para los consumidores.
Mientras se resuelve la polémica, BBC Mundo les presenta una lista con algunos de esos productos que, según Raunch, se pueden consumir, no importa lo que diga la etiqueta que le hayan puesto en la fábrica.
Chips de tortilla: «No te van a enfermar si los comes un mes después», dice Gunders, aunque reconoce que es posible que empiezan a perder frescura. Pero al ponerlos al horno con aceite los pones crujiente de nuevo. Y además, guardarlos en un envase hermético les extiende la vida al sacarlos del contacto con la humedad.
Yougurt: Gunders dice que el yogurt puede durar hasta seis semanas más de la fecha de expiración y asegura que él remueve el moho que se pueda formar. Yo como yogurt que está vencido, y nunca he tenido problema alguno», afirma.
Chocolate: El chocolate puede durar mucho tiempo, asegura la empresaria, aunque frecuentemente empieza a cubrirse con una capa blanca cuando queda expuesto al aire. Se trata de un fenómeno que se produce cuando la grasa cristalizada se derrite y sale a la superficie. No se trata de moho, como en el caso del Yogurt, y Gunders asegura que es perfectamente comestible.
Huevos:La gente tira los huevos a la basura más temprano de lo que es necesario, dice Gunders, ya que pueden durar entre 3 y 5 semanas. Pero hay que mantenerlos a una temperatura por debajo de los 5°C para evitar el potencial desarrollo de salmonella, dice Ted Labuza, profesor de ciencias de la alimentación de la Universidad de Minnesota.
Leche: Es posible que incluso mucho antes de que pueda enfermarte, la leche huela o sepa mal, reconoce Labuza. La clave es no dejar el frasco de leche a temperatura ambiente porque los microbios del aire la dañarán. Cierre el frasco inmediatamente después de su uso y regréselo al refrigerador, que debe tener una temperatura de alrededor de 2°C para que su vida se prolongue.
[Fuente: BBC]