Nuevamente funcionarios de la Guardia Nacional destacados en una Alcabala, sin ninguna razón el 4 de julio persiguieron en la calle principal de Las Calderas, en el municipio Colina de Falcón, a un carro y le dispararon mas de 100 veces, asesinando a Luiminer Zulay Pacheco y su hija María Gabriela Pérez Pacheco de 15 años, mientras que dos menores mas resultaron heridas, e inmediatamente el Comandante General de la Guardia Nacional en abierta solidaridad automática y sin que todavía se hubiese abierto una investigación, dijo que la actuación de los guardias había sido accidental.
Igualmente el general Miguel Rodríguez Torres, Ministro de Relaciones Interiores y Justicia, también de manera irresponsable y actuando como Poncio Pilato, en el mismo momento afirmó que esos guardias nacionales no pertenecían al Plan Patria Segura, como si en Venezuela existieran dos componentes de la Guardia Nacional dirigidas por comandantes distintos. No señor Ministro, la Guardia Nacional es una solo y con un solo comandante General.
Por la hora cuando ocurrió el suceso, (07 y 09 pm) suponemos que la Familia Pérez-Pacheco había salido a pasear por la ciudad y al retornar a su casa fue cuando encontraron la muerte de manos de los diez guardias nacionales que estaban destacados en una Alcabala de la Muerte y que según el Comandante General de la Guardia Nacional fue un accidente, a pesar que dispararon mas de cien proyectiles contra el pequeño carro y que según Rodríguez Torres, estos angelitos no pertenecen al Plan Patrian Segura.
Cuando decimos nuevamente las Alcabalas, es porque hay antecedentes con otras Alcabalas convertidas en Pasaportes de la Muerte.
A finales del 2005 seis estudiantes de la Universidad Santa María, después de terminar un examen y celebrar, abordaron un Volkswagen para regresar a sus hogares, pero cuando llegaron al sector Las Casitas del barrio Kennedy de Caricuao, había una alcabala con mas de treinta hombres con uniformes negros, armas largas y pasamontañas cubriendo sus rostros, que luego resultó ser una comisión conjunta del ejército, guardia nacional, policía científica y policía de Caracas. La joven que iba de copiloto al ver a los hombres armados y enmascarados, le dijo al chofer que no se parara, porque podrían ser atracados. El joven aceleró el vehículo y recibió como respuesta ráfagas de ametralladoras. Los jóvenes abandonaron el carro y los verdugos los cazaron como venados. A tres jóvenes que se hicieron las muertas los asesinos quisieron sembrar armas para simular un enfrentamiento.
El secuestro de los hermanos Faddoul se produjo el 23 de febrero del 2006, cuando regresaban del colegio y en una alcabala de la Policía Metropolitana, cuando Juan Barreto era Alcalde Mayor, fueron detenidos juntos con el chofer y pidieron 5 millones de dólares para su liberación, pero luego los asesinaron. En los 43 días del secuestro hubo varias fallas en la conducción de las investigaciones.
El editor de periodico Felipe Sindoni, fue secuestrado en una alcabala móvil en el centro de la Ciudad de Maracay y cuatro horas después apareció muerto en el estado Falcón. En este secuestro con asesinato participaron policías y expolicías de Aragua y Carabobo, cuando eran gobernadores Didalco Bolívar y Acosta Carlez.
La hija del Cónsul Chileno en Maracaibo viajaba en una camioneta junto a su hermano para asistir a una fiesta de graduación y al llegar a una alcabala montada por mas de 20 policías del CICPC presuntamente le dieron la voz de alto, pero por la falta de señales que identificaran claramente la alcabala, los jóvenes decidieron retroceder por temor a ser asaltados y los policías en vez de perseguir a un carro que iba en reverso, prefirieron echarle plomo parejo, asesinando casi de inmediato a la joven.
Pasar frente a una alcabala de policías es un dilema para cualquier ciudadano, “si no me paro me echan plomo y si me paro, me pueden secuestrar.
Gerónimo Figueroa
CNP: 569