¿Cuántas veces hemos escuchado aquella frase que dice: «Una imagen dice más que mil palabras»? Seguro tantas que no le tomamos importancia. Es normal. Pero, la verdad es que el enunciado tiene toda la razón, piénsalo.
Para demostrarlo, tenemos la mirada de George Georgiou, un fotógrafo londinense que se ha dedicado a viajar a lo largo del mundo, por países como Turquía, Serbia, Grecia y otros, explica fotoleggendo.it; con el único fin de retratar la identidad de las personas en su propio mundo.
«Mi trabajo se ha centrado en la transición y la identidad de las personas y cómo éstas negocian con el espacio donde se encuentran», escribió Georgiou para su propio portal de internet.
Y es así, como lo describe, el trabajo que realiza. La serie HIDDEN: PSYCHIATRIC HOSPITALS¸ retrata a la perfección la conjunción de sentimientos, ambiente y vida que nos tocó vivir.
En dicha serie, George Georgiou se dedicó a fotografiar tres instituciones psiquiátricas ubicadas en Serbia y Kosovo.
Lo hizo entre 1999 y 2002, es decir, fue un trabajo a largo plazo, que según menciona el propio autor habla sobre las consecuencias del conflicto de la OTAN con Serbia.
Y es que las instituciones psiquiátricas, aunque parecen tener una historia por sí mismas, aquí fungían como resultado de la división, la indiferencia y la exclusión que provocó el conflicto bélico.
Georgiou, quien ya había trabajado antes con pacientes de este tipo, porque en Londres había dado un curso de fotografía a personas con trastornos psiquiátricos, de cualquiera manera se encontró con un panorama que parecía desalentador comparado con lo que conocía en Inglaterra.
George Georgiou, relata la impresionante realidad que vivió. El inglés aseveró que las instituciones, como si fueran algo malo, se encuentran ocultas de la mirada pública; que para los serbios fue un shock darse cuenta de su existencia.
Cuenta que durante el régimen de Milosevic, el dinero que las mantenía en funcionamiento se había extinguido, dejando los lugares en condiciones insalubres, con falta de atención médica, de rehabilitación y sin un control ni motivación del personal por ayudar a mejorar las condiciones del lugar porque su sueldos no eran motivadores por sí solos.
Las condiciones, narra, no eran nada comparadas con la tristeza que se sentía en el lugar, pues ahí se encontraban personas que en realidad no tenían por qué estar ahí; por ejemplo, hombres con discapacidades físicas, con síndrome de Down y hasta niños que nacieron en el mismo lugar.
Vivir en tales condiciones, hizo que muchas de esas personas empezaran a lacerarse, pues la falta de compasión los hacía encerrarse en su propio dolor.
Para 2002, cuando estaba terminando el proyecto, el fotógrafo relata que se organizó una campaña pública para recaudar fondos de ayuda. Eso y la ayuda de organizaciones no gubernamentales, ayudó a que los lugares mejoraran.
«Para mí los pacientes de todos los orígenes étnicos fueron capaces de mostrar a la comunidad el afecto y cuidado que ellos tienen con los demás, a pesar de su triste situación, que sus compatriotas de «sano juicio» demuestran en el exterior», dijo Georgiou.
Cabe mencionar que George Georgiou es dos veces ganador del World Press Photo, en 2003 y 2005, entre otros. Para conocer más de su trabajo, ingresa a georgegeorgiou.net.
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