Jugador de rugby tiene un accidente y se convierte en un peluquero gay

Una historia recogida por el tabloide británico Metro genera una serie de preguntas que van más allá del mero sensacionalismo. ¿Yace dentro de nosotros una persona completamente opuesta (incluso con una diferente preferencia sexual) oculta en nuestro interior? ¿Puede un accidente o una lesión detonar un cambio radical, como se sugiere en las caricaturas y en las telenovelas? ¿Aunque pensemos que estamos seguros de quién somos y qué queremos, esto puede cambiar en un instante?

El jugador de rugby Chris Birch se rompió el cuello y sufrió una apoplejía mientras intentaba impresionar a sus amigos haciendo un salto mortal en reversa. Paradójicamente este dejo de testosterona provocó que Birch, de 26 años, despertara de este accidente para descubrirse con homosexual –aunque estaba a meses de casarse con una mujer.

Como una bella durmiente de una nueva era (cuyo corifeo son los tabloides), al despertar su personalidad se vio transformada radicalmente. “Nunca había tenido  amigos gays. Pero no me importaba quien era antes, tenía que ser fiel a mis sentimientos”, dice Birch, quien rompió su compromiso y, quizás aprovechando los beneficios de jugar rugby muchos años, rápidamente se consiguio un novio. Poco después abandonó su profesión para explorar el mundo del estilismo, convirtiéndose en peluquero. Birch vive actualmente con su pareja, un joven de 19 años, arriba del salón de belleza donde trabaja en el sur de Gales.

Según el médico Joe Korner, en la recuperación de una apoplejía como la que su sufrió Birch el cerebro hace nuevas conexiones neuronales que pueden “activar cosas de las cuales esa persona no tenía conciencia anteriormente, como un diferente acento, idioma o hasta sexualidad”.

Evidentemente se pueden hacer especulaciones sobre la psicología de Birch y si este antes del accidente tenía ya una tendencia homosexual reprimida, pero lo cierto es que Chris dice ser más feliz de lo que jamás había sido después de despertar de su accidente. Así que posiblemente tú también puedas encontrar la felicidad a través de una extraña contingencia del destino, y esa felicidad quizás sea justo lo opuesto de lo que piensas que es y qué eres.