Se conoce como estrés a la tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos. Estas manifestaciones son un factor de riesgo que puede afectar el corazón de los venezolanos.
Según el Doctor José Miguel Torres, cardiólogo clínico e intervencionista, y secretario de la Sociedad Venezolana de Cardiología, particularmente en Venezuela todas las personas, sin importar su edad, género o clase social, se encuentran en picos de estrés sostenido que tienen repercusiones en su salud cardiovascular. Sin embargo, se pueden tomar ciertas medidas para prevenir y disminuir los efectos del estrés en el corazón.
Estudios realizados en diversos países, han demostrado grandes incidencias de enfermedades cardiovasculares tras eventos de gran estrés, como el terremoto de Tokio, el de Atenas, la caída de las torres gemelas, entre otros. Por esta razón, el especialista asegura que “está demostrado que las situaciones de estrés alteran el equilibrio cardiovascular y pueden, finalmente, conducir a enfermedades del corazón”.
Durante las situaciones de estrés, el corazón se expone a altas dosis de adrenalina, lo cual hace que trabaje en “sobre marcha” y se pierda el equilibrio cardiovascular. El estrés, además, aumenta la viscosidad de la sangre y la agregabilidad plaquetaria, lo que hace que las arterias se compriman. Estas descargas de adrenalina pueden venir como consecuencia de la pérdida de un ser querido, pérdida del hogar, del trabajo, compromisos económicos, situaciones difíciles, divorcios, problemas laborales, entre otros.
El especialista comentó que los factores de riesgo cardiovascular, incluyendo el estrés, se pueden clasificar entre modificables y no modificables. Los no modificables se refieren, básicamente, a la predisposición genética, la cual es la información que viene desde antes del nacimiento. Todo aquel que tiene una historia familiar en la que estuvo presente algún evento cardiovascular precoz, tiene mayor riesgo de desarrollar la misma enfermedad. El Dr. Torres comentó que “esto debe ser suficiente impulso para tomar la decisión de cambiar los hábitos de vida, debido a que ya se tiene la información genética para desarrollar este tipo de trastornos”.
Entre los modificables señaló el tabaquismo, la hipertensión arterial, el sedentarismo, la obesidad y los trastornos de los lípidos (triglicéridos y colesterol). Los accidentes cardiovasculares ocurren como consecuencia de la sumatoria de factores de riesgo, los cuales incluyen a la hipertensión arterial como contribuyente principal. Al controlar la hipertensión arterial, se disminuye en 50% el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, y en 35% el riesgo de padecer enfermedades cerebrovasculares.
Viviendo más y mejor
Para tener un corazón sano, el especialista sugiere que es necesario tener un mínimo de disciplina, ya que todos los venezolanos se encuentran dentro de la lista de ser potenciales enfermos cardiovasculares, debido al estrés cotidiano. Si se controlan los factores de riesgo modificables, se podrían disminuir en 70% los casos de eventos cardiovasculares.
Entre las principales recomendaciones, el Dr. Torres señaló: a) “conocer nuestros números”, de colesterol, azúcar, triglicéridos y presión arterial; b) trabajar para conseguir y mantener valores normales del colesterol (debe estar cerca de 200), de tensión arterial sistólica (tensión alta) en 120, y diastólica (tensión baja) en 80; c) controlar el peso corporal, acorde a la contextura; d) llevar una dieta saludable, rica en verduras, vegetales, frutas, granos y carnes blancas, así como baja en sal, grasa y carnes rojas y; e) realizar actividad física, que represente un promedio de 150 min a la semana o 10.000 pasos diarios de caminata vigorosa.
Una ayuda para cuidar al corazón
Si las recomendaciones para controlar la hipertensión arterial no son suficientes, afortunadamente existe una batería de opciones de tratamiento para el control de la hipertensión arterial que, según el Dr. Torres son “extraordinariamente efectivos y seguros”. Los fármacos se clasifican en 4 o 5 grandes grupos, los principales son los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA), los inhibidores de la angiotensina II (ARA-II) y los betabloqueantes.
Los betabloqueantes por años han contribuido al control de la enfermedad cardiovascular en muchas de sus expresiones, y tienen un papel predominante en la diminución de los efectos del estrés. De hecho, en ocasiones en las que una persona sabe que estará expuesta ante situación estresante, los betabloqueantes pudieran servirle como preventivo para disminuir los efectos del estrés, al reducir las manifestaciones de ansiedad producidas por la adrenalina.
Los betabloqueantes funcionan, como su nombre lo indica, “bloqueando” el efecto de los receptores “beta”, receptores del sistema que se encarga de recibir la adrenalina. Este tipo de fármacos es de uso casi obligatorio para el tratamiento post-infarto, y la insuficiencia cardíaca.
El tratamiento de la hipertensión arterial en 70% de los casos es combinado. Sin embargo, el especialista es quién debe escoger dentro de las distintas opciones, el fármaco que ofrezca el máximo beneficio para el paciente, tomando en cuenta las características particulares de cada persona (edad, género, antecedentes familiares, otras enfermedades que padezca, etcétera).
En el Día Mundial del Corazón
Este 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, y en conmemoración a esa fecha, la invitación es a adoptar hábitos saludables que prolonguen y ofrezcan salud para el corazón y, por lo tanto, una mejor calidad de vida. El especialista hizo un llamado a hacer un cambio en el estilo de vida, que puede ser tan sencillo como evitar las bebidas gaseosas, compartir el postre, usar las escaleras en vez del ascensor, tomar el ejercicio como una actividad recreacional y evitar molestarse.
[Fuente: Prensa Conecta News]