Blisse Mellens, una niña británica de dos años, sufre una rara enfermedad que le condena a vivir prácticamente en silencio.
Cualquier sonido repentino puede provocarle un ataque epiléptico. Por ello, sus padres y hermana tienen que vivir sin hacer apenas ruido.
La niña, de dos años, sufre polimicrogiria y heterotopia periventricular nodular, dos raras condiciones cerebrales que le condenan a vivir prácticamente en silencio, según publica el diario Daily Mail.
Cualquier ruido fuerte y repentino le puede provocar un ataque que puede ser fatal para ella. Por ello, su familia apenas hace ruido, ni siquiera para estornudar o toser. “Tenemos que pensar en cualquier ruido que hacemos a lo largo del día. Si estornudamos o tosemos podemos asustarla. Tenemos que ser muy cuidadosos”, asegura Laura, su madre.
Neveah es la hermana mayor de Blisse y sabe que tiene que jugar lo más silenciosamente posible para mantener a salvo a su hermana.
Debido a su enfermedad, Blisse probablemente nunca pueda hablar, ni sentarse ni caminar. “Me comunico con ella con la mirada. Puedo decir por su expresión si está feliz o triste”, relata su madre.