El ego y el orgullo han sido, por excelencia, el mayor de los enemigos del ser humano. Mi papá diría que la "lengua", pero ese ya es otro tema.
No es lo mismo tratar y decir que somos humildes a serlo de verdad. No es lo mismo decir que nos sentimos orgullosos por alguna meta que hayamos cumplido a decir que "por orgullo, no hice tal cosa", a veces suelen confundirse aunque sean cosas totalmente diferentes, pero hay algo más importante: son antónimos de la HUMILDAD.
Buscando un concepto claro de la humildad, en internet, me encontré con varias páginas que llegan a una misma conclusión: se trata simplemente de "una conducta del ser humano" y yo le agregaría que debe ser natural, no adquirida. De los errores se aprende y no hace falta "una pullita que te lo haga entender", basta con vivir las cosas para reconocer dónde fallamos y enmendarlo.
En los resultados de la web hasta me aparecieron unos "autoexamenes de conciencia" sobre la humildad donde te hacen responder preguntas como "¿busco aprobación y reconocimiento de los demás?", "¿hablo siempre de mí y de mis cosas?", "¿acepto y reconozco mis faltas cuando soy corregido o creo yo tener la razón?". Ahora pregunto yo ¿en serio hace falta "autoresponderse" esas preguntas para saber si somos humildes o no? Quedé tan paranoico que la "autorespondí", pero con otra pregunta: ¿será que no están seguros de que comienzan a reconocer sus propias fallas? Un valor desencadena el otro… ¡Ay humildad!
Vemos en la televisión una batalla de egos eterna; quién tiene las lolas más grandes, quién responde mejor la pregunta, quién gana la corona, quién tiene el mejor cuerpo. Sí, suena muy familiar, esas chicas que "-pelean- por una corona". Quién no ha escuchado (desde siempre) la frase "Venezuela, el país de las mujeres más bellas". Tratan de ser humildes "demostrando" que son "¿inteligentes?". Más vanidad y ego para nuestras almas.
La vanidad es clave y es todo lo contrario a la humildad en una sociedad llena de competencia por verse y quedar mejor ante los demás. Otra más para la lista de antivalores que están más vigentes que nunca. Señorita Vanidad, ¿y la humildad?
El hogar, el hogar… Todo viene del hogar. Educarse es educar a los demás. Y la humildad no es sólo apreciar lo que tenemos, sinó apreciar el esfuerzo que hemos hecho por tener lo que tenemos. Reconocer las fallas y errores también te hace humilde, te hace sentir orgulloso y el ego queda derrotado ante los escudos de los valores que son simplemente humanos.
Por: Rafael Fersaca Burguera / @RafaFersaca