Conoce como limpiar los controles del Xbox

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Seguro que tu Xbox te ha regalado interminables momentos de diversión en forma de videojuegos. Esos momentos, no obstante, se traducen en varias horas al día de uso que provocan un desgaste importante a tus mandos o joysticks, desgaste que se puede minimizar si los limpias de forma periódica con un poco de algodón, palillos de cocina y alcohol. Te enseñamos cómo hacerlo.

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Guía para limpiar los mandos de la Xbox

Lo primero es encontrar un lugar espacioso para trabajar donde puedas colocar un tapete o trozo de tela; una mesa plana y sin nada encima viene muy bien. Seguidamente, conviene quitar la batería del control, y ya se puede empezar a limpiar el joystick a conciencia.

Toma una aguja fina, o en su defecto un palillo de cocina, y pásalo por todas las juntas del mando de tu Xbox; deberías notar cómo la suciedad se va acumulando en la punta. Puede ser necesario pasar el palillo varias veces hasta quitar la mayor parte de suciedad acumulada en esas juntas (la cual se produce por una mezcla de sudor de manos y polvo ambiente).

Una vez limpias las juntas del mando, es conveniente impregnar un poco de alcohol en un trozo de algodón y pasarlo con cuidado por todas las partes del control, esto terminará de limpiar los restos de suciedad como el típico color marrón, y además, dará brillo al plástico. Para limpiar el joystick, una buena idea es crear una pequeña bola de papel (una servilleta sirve), humedecerla con un poco de agua, y pasarla por la cara interna. También puede ser útil un bastoncillo de algodón para limpiar los oídos.

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Una vez realizado el procedimiento anterior, tan sólo resta secar los mandos para volver a disfrutar de ellos inmediatamente. Un poco de papel de cocina será suficiente, prestando especial atención en dejar secas todas las juntas de la carcasa y los botones.

Evita que los mandos de la Xbox se ensucien tanto

"En tus manos" está cambiar tus hábitos para que los mandos de la Xbox no acaben llenos de polvo. Por ejemplo, ¿cuántas veces estás merendando y a la vez disfrutando de un videojuego?. La grasa de las manos y especialmente el aceite de las patatas u otros alimentos son el mayor enemigo de los controles de la Xbox, así que interrumpe el mal hábito de comer y jugar a la vez, además de limpiarte tus manos antes de tomar el mando. Igualmente no conviene beber refrescos o tener bebidas cerca de la consola: un derrame sobre la propia Xbox o sus controles podría dañarlos de forma definitiva, y recuerda que la garantía no te cubre esos accidentes.

Recuerda limpiar tu Xbox de forma periódica y sin esperar a que acumule demasiada suciedad.

 

(Fuente)

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