El miércoles 15 de agosto, el pueblo de Cúpira en el estado Miranda, se convirtió en noticia nacional por el desplome del puente que comunica a los estados centrales, occidentales, y de los andes con el oriente del país. Pero ¿qué pasó; por qué tuvimos que llegar a estas consecuencias cuando somos un país rico en recursos petroleros?
Esta historia comienza a finales del año 2008, cuando se celebraron las elecciones de gobernadores. En esa contienda el actual candidato presidencial Henrique Capriles Radonski derrotó a uno de los consentidos de la revolución bolivariana: Diosdado Cabello. El chavismo no soportó por muchos días que la oposición consiguiera gobernaciones tan importantes como la de Miranda, Carabobo, Zulia, Táchira y Nueva Esparta.
Fiel a su ideología de totalitarismo, el presidente Hugo Chávez ordenó que todas las competencias de carreteras, aeropuertos y hospitales pasaran a control del Gobierno Nacional. A partir de ese momento a lo largo y ancho de toda Venezuela., el centralismo comenzaría a impactar despiadadamente en las regiones.
El deterioro de las carreteras nacionales, no es ningún secreto para turistas, y transportistas que las transitan. Desde hace algunos años el gobierno central ha descuidado el mantenimiento de las más importantes arterias viales de Venezuela. Muchas han sido las voces que han alertado sobre posibles catástrofes, pero el gobierno es oídos sordos.
Hace tres años el Colegio de Ingenieros advirtió al Gobierno Nacional que más del 80% de la vialidad de la Troncal 9, que comunica a Caracas con el oriente, estaba en muy mal estado. Advirtieron sobre la situación de puentes, viaductos y pontones (puentes pequeños de maderas). La respuesta de las autoridades: todo está excesivamente normal. No es preocupación.
La incapacidad del gobierno ha quedado nuevamente al descubierto. La caída del puente de Cúpira traerá consecuencias negativas para todos los sectores del país. El gremio de productores y agricultores comienza a dar alertas sobre posibles desabastecimientos de alimentos por la falta de conectividad con el oriente. Los transportistas argumentan que la troncal 11 y 14 que sirve de enlace por los llanos, están en pésimas condiciones. Reportan hechos delictivos en altas horas de la noche y madrugada. Han optados por suspender los viajes, hasta que las autoridades garanticen la seguridad.
Las líneas de autobuses anunciaron un aumento de 40 Bsf en boletos y decretaron prohibición de salidas nocturnas por prevención. Los comerciantes de carretera en Cúpira, principalmente vendedores de casabe y dulces comienzan a sentir el impacto económico de la catástrofe. Familias enteras ven peligrar su pan de cada día. Nuevamente el bolsillo de cientos de venezolanos es golpeado por la poca planificación de un gobierno. Pero hay un despertar, sino pregúntenle al Vicepresidente Elías Jaua. El pueblo de Cúpira le gritó en su cara “Esto pasó por quitárselo a Capriles; ustedes lo que siempre hacen es prometer. Nos casamos “.Valiente pueblo venezolano que está convencido de que Hay Un Camino!
Por: Asdrúbal Triana/@asdrubaltriana