La transmisión de un canal de televisión egipcio ha sido suspendida temporalmente en medio de fuertes críticas a los islamistas por recientes actos supuestamente dirigidos contra la libertad de prensa, informaron hoy medios locales.
La televisión "El Farain", propiedad del conservador periodista Taufiq Okasha, cesó ayer sus transmisiones y estará cerrada durante al menos un mes por orden de las autoridades estatales.
Esta decisión viene precedida por una demanda presentada por el Partido Libertad y Justicia (PLJ), de los Hermanos Musulmanes, que acusó a Okasha de difamar e incitar a la violencia contra la agrupación y el presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi, señaló el periódico "Al Ahram" en su versión digital.
El controvertido Okasha, que presentaba un popular programa en la citada televisión por satélite, es un férreo defensor del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que dirigió la transición política hasta la llegada al poder de Mursi a finales de junio pasado.
El presentador, que se posicionó en las elecciones que ganó Mursi a favor de su contrincante, el general retirado Ahmed Shafiq, ha sido especialmente crítico con los islamistas y con la revolución que obligó a renunciar al presidente Hosni Mubarak en febrero de 2011.
Cientos de personas se habían manifestado el miércoles pasado para pedir el cierre de "El Farain" y criticar lo que consideran como "corrupción mediática".
Durante esa manifestación frente a la llamada Ciudad de la Producción Informativa, compuesta por estudios de cine y televisión a las afueras de El Cairo, algunas personas fueron atacadas, entre ellas el editor jefe del periódico "Yum al Sabea", Jaled Salah, y los tertulianos Amr Adib y Yusef el Huseini.
Las autoridades están investigando el suceso, informó el diario "Al Masri al Yum", que se hizo eco de la versión de Salah, quien explicó que los asaltantes golpearon su coche y acusó a los Hermanos Musulmanes de incitar dicha agresión.
Por su parte, el grupo islamista condenó hoy en un comunicado ese tipo de hechos y rechazó cualquier implicación en lo sucedido, al tiempo que consideró que acusaciones como la de Salah tienen el objetivo de desacreditarles.
En medio de esta polémica, la Shura o Cámara Alta del Parlamento -dominada por el PLJ- anunció el pasado miércoles los nombres de los nuevos editores jefe de las publicaciones estatales.
Tras una serie de negociaciones infructuosas, el Sindicato de Periodistas denunció que la Shura estaba "intentando islamizar los medios estatales en contra de la libertad de prensa".
Un grupo de diarios independientes egipcios se quejó también de la decisión de la Shura, que mantiene su actividad a la espera de que la Justicia se pronuncie sobre una serie de recursos que piden su anulación por irregularidades en su composición.
En señal de protesta contra el control gubernamental de los medios, distintos escritores y periodistas dejaron ayer en blanco sus respectivas columnas en estos periódicos.