La Escuela de Medicina Miller de la Universidad de Miami en Estados Unidos, comenzó una investigación con la finalidad de determinar la utilidad de las células madre derivadas de tejido adiposo del mismo paciente para mejorar la cardiopatía isquémica crónica. Esta enfermedad caracterizada por el daño producido a los músculos del corazón, ocasiona una reducción del flujo sanguíneo causada frecuentemente por el estrechamiento de las arterias coronarias, una afección llamada arterioesclerosis. El cigarrillo, la diabetes, la hipertensión arterial, niveles de colesterol altos en la sangre y los antecedentes familiares; son factores que potencian el riesgo de sufrir esta patología.
El síntoma más grave que puede presentarse es el dolor de pecho, puesto que puede indicar un infarto, acompañado de dificultad para respirar causado por la falta de flujo sanguíneo hacia los pulmones. La arritmia cardíaca también puede hacerse presente, al igual que el edema periférico descrito como la acumulación de líquido en las extremidades, resultando en una cardiomegalia que no es otra cosa que el aumento de tamaño del corazón.
El ensayo aprobado por la FDA fue diseñado para evaluar la seguridad de implantar células madre del tejido adiposo del propio paciente dentro del miocardio. El Dr. Hare es el principal investigador del programa clínico y director del Instituto Interdisciplinario de células madre de la escuela de medicina de la Universidad de Miami, encargado de capitalizar los trabajos pioneros en investigación con el uso de estas células para reparar el mal funcionamiento de los órganos humanos, buscando nuevos tratamientos para enfermedades del corazón, neurológicas, diabetes, cáncer u otras patologías que sean debilitantes o incurables hasta los momentos.
Las células madre con estas características han sido utilizadas anteriormente en distintos ensayos para curar otros padecimientos. El primer estudio de este tipo y aprobado por la FDA se realizó en el año pasado con la finalidad de mejorar a los pacientes que sufrieran de la enfermedad vascular periférica, causante del daño a los vasos sanguíneos de las arterias y venas. Fue dirigido por el cirujano Charles Ross, jefe de la división de cirugía vascular del Hospital Universitario de Louisville. Este tipo de tejidos contiene millones de células regenerativas que pueden ser utilizados para cubrir la superficie interior de los injertos vasculares.
Venezuela también investiga con Células Madre
Durante los últimos cinco años en el país también se han comenzado investigaciones con este tipo de elementos, entre las más recientes se encuentra la realizada por el Laboratorio de Bioingeniería de Tejidos de la Universidad Simón Bolívar bajo la dirección de la Dra. Karem Noris, en conjunto con la Unidad de Cirugía Plástica y Reconstructiva del Hospital Militar Dr. Carlos Arévalo, empleando células del propio paciente para evaluar su efecto estético en los surcos ubicados a los lados de la boca. Con este estudio piloto también se demostró que estas pueden ser utilizadas como terapia para la regeneración de cartílagos o huesos, con la ventaja adicional de ser una técnica menos invasiva.
Para este se utilizaron pacientes de sexo femenino entre 40 y 50 años de edad, que presentaran líneas de expresión pronunciadas susceptibles a ser tratados con injertos de grasas corporales autólogos. Según la Dra. Noris “esta investigación establece varios aspectos novedosos en el país. Permite confirmar la factibilidad de procesar y amplificar las Células Madre a partir de lipoaspirados, con el desarrollo de un protocolo que emplea materiales autólogos, y a partir del cual se pudieron obtener resultados positivos. Lo cual abre la puerta a que se puedan crear otras terapias o aplicaciones utilizando estas células”.
Para finalizar destacó que son múltiples los estudios que se están realizando actualmente de este tipo, en distintos centros hospitalarios a nivel internacional ya se utilizan para el tratamiento posterior a la radioterapia para cáncer de mama, ya que impiden o limitan la aparición de neuropatías; aunque la mayor parte de las aplicaciones a escala mundial se están realizando en el área estética. Sin embargo, cada vez se encuentran más evidencias de que estas células favorecen la inmunosupresión, y están empezando a sugerirse su uso para tratar enfermedades degenerativas tales como la artritis y la diabetes tipo I.
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