Sí soy venezolano, sí soy opositor, aunque le duela al señor Presidente de la República. Soy oriental de esos de pies descalzos en arena ardiente, de esos que comemos pescados con la mano y de esos que nunca se nos enfría el guarapo.
El señor usuario, por el momento, de la banda presidencial quiere decir en sus alocuciones, cada vez más descabelladas, que quienes no sean chavistas no son venezolanos, es decir, que para la visión de Hugo Chávez todos los nacidos en la Pequeña Venecia antes de su llegada no son venezolanos y quienes profesamos una idea distinta a la suya no somos merecedores de la nacionalidad que Dios nos otorgó al hacernos nacer en esta Tierra de Gracia.
Bueno, debemos responderle al señor Presidente que es él quién no parece venezolano, porque aquí somos un pueblo demócrata y no comunista, porque aquí somos una nación de gente tan trabajadora como buena y no nos parecemos en nada a la visión caótica que él posee del mundo.
Se equivoca usted señor Presidente aquí todos somos venezolanos, tanto quienes los adversamos como quienes lo siguen, ese es el compromiso de Henrique Capriles Radonski el de volver a unir al país, curar las heridas que usted ha abierto en estos 14 años y cicatrizar todas las cortadas que usted le ha hecho al cuerpo de la sociedad con su verbo de hojilla afilada. Henrique tiene la responsabilidad de mostrar el camino del reencuentro nacional, el abanderado de la unidad tiene el deber de ser el paladín del nacimiento de una nueva Venezuela de paz social y progreso.
Antes el señor de Miraflores descalificaba a millones de venezolanos diciéndoles "escuálidos", "majunches", y sabrá Dios que otros epítetos que en este momento se me escapan de la memoria, pero ahora ha llegado al paroxismo al decir que quienes no votamos y no aceptamos su visión de país no somos venezolanos, como si él fuera Dios para dictar el comportamiento y el pensamiento del pueblo. ¡Qué herejía social es la que comete este régimen!.
Somos casi 30 millones de venezolanos, no somos una parcialidad política, ni somos la extinta Unión Soviética que obligó a un pueblo a seguir a un único partido como si fuera una secta, no somos Cuba que se ha calado una dictadura comunista que parece en la actualidad como un Monarquía tropical de izquierda. Somos Venezuela, somos únicos, como la mezcla de la sangre Caribe, la española esa que venció a Napoleón y de los africanos de tambor y fuerza, somos una patria de diversidad, pluralismo y democracia.
Hay un camino para la unión de todos los venezolanos y ese camino empieza este siete de octubre con Henrique Capriles Presidente.
Por: José Dionisio Solórzano / @jdsolorzano