Más de treinta personas han muerto y centenares han resultado heridas por el terremoto que sacudió anoche el noreste de la India y Nepal. El elevado número de víctimas se debió a un desplome de edificios y accidentes que fue causado por un temblor que alcanzó 6,8 grados en la escala Richter.
La peor parte se la ha llevado la región india de Sikkim, donde el Servicio Geológico de EEUU localizó el epicentro del seísmo y donde al menos 17 personas han perdido la vida y un centenar han resultado heridas, según informó el alto funcionario regional D. Anandan.
"La situación está bajo control en toda la región salvo el norte, el lugar del epicentro. Allí aún hay personas atrapadas bajo los escombros. Las operaciones de rescate están en marcha y Nueva Delhi ha enviado más equipos que se dirigen hacia aquí", explicó Anandan.
De acuerdo con el funcionario, Sikkim, enclavada en la cordillera del Himalaya, se encuentra casi incomunicada con el resto del país, porque el terremoto causó corrimientos de tierra que han destruido puentes y hecho impracticable la carretera nacional 31-A.
Además, según fuentes oficiales indias, otras seis personas murieron en la colindante región de Bengala (noreste) y dos más en la de Bihar (norte) víctimas del seísmo, que se llegó a sentirse a cientos de kilómetros de distancia y suscitó pánico en la población. El seísmo fue seguido de varias réplicas, de menor intensidad y que no causaron daños personales ni materiales pero aumentaron la inquietud en las zonas afectadas.
Ayer, el primer ministro indio, Manmohan Singh, prometió ayuda financiera a los familiares de la víctimas y damnificados por el desastre y el Ejército indio fue puesto en alerta con vistas a desplegarse en Sikkim.
Pese a los esfuerzos que se están realizando, las fuertes lluvias están dificultando las tareas de rescate.
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