El Parque Zoológico Metropolitano del Zulia arriba este viernes 15 de junio a sus 39 años de existencia. Desde su fundación en 1973, como Parque Sur de Maracaibo, ha atravesado momentos difíciles debido a engorrosas situaciones económicas que varias veces atentaron contra su normal funcionamiento.
No obstante, su suerte mejoró a partir de 2008, cuando su administración absoluta fue traspasada a la Gobernación del Zulia y, desde entonces, el Gobierno regional hace todo cuanto es posible para conservar en óptimas condiciones la fauna silvestre que allí coexiste y abastecer oportunidades para la recreación, la educación y la investigación. Lo asegura su directora, Belkis de Morillo.
Destaca que para conmemorar la fecha habrá una Misa de Acción de Gracias a Dios, a las ocho de la mañana, en el teatrino del parque, y sonriendo comenta que no habrá fiesta de cumpleaños porque es mil veces mejor usar hasta el último céntimo de los recursos que le asigna la Gobernación en la alimentación de sus casi 600 huéspedes de 110 especies, entre aves, reptiles y mamíferos. Asimismo, en el mantenimiento de sus espacios.
“Es una labor humanitaria que amerita de mucho esfuerzo y constancia, lo que hacemos con gusto pues se trata de la preservación de la vida y del buen estado saludable de todos los seres vivos que se encuentran en ese espacio de 90 hectáreas”, comenta la regente de la actual fundación que lo maneja, adscrita a la Secretaría de Ambiente, Tierra y Ordenación Territorial de la Gobernación zuliana.
Agradable y seguro
Resalta que “ahora es más agradable y seguro” porque la gestión del gobernador Pablo Pérez se ha esmerado en mejorar sus condiciones ambientales y estructurales, y se le ha asignado presencia policial, para resguardar la integridad física y los bienes de quienes lo visitan.
Precisa que actualmente es un sitio ideal para ir en familia, que han recuperado las áreas verdes de la Zona Africana, que sembraron más árboles en el parque infantil y en otras áreas; que cuenta con 20 parrilleras que permiten organizar reuniones familiares, que posee varios refugios o bohíos, que está el restaurante La Isla del Oso y que sus baños públicos están adecuados.
Asimismo, promete que seguirán coordinando todos los esfuerzos interinstitucionales posibles para potenciar su mantenimiento y para seguir fortaleciendo programas como el de reproducción animal con las especies existentes, como han hecho con los avestruces, que han sido reproducidos varias veces. Añadió que igual hacen con los programas educativos implementados en el parque. Se refirió al de Visitas Guiadas, al Zoológico va a la Escuela, al Taller Inducción de Guías del Parque y al de Planes Vacacionales.
“La autogestión seguirá siendo vital para su mantenimiento, y esta deriva de los aportes que hacen las personas cuando nos visitan los fines de semana y los días feriados. La contribución que se pide es de 10 bolívares por niño, veinte bolívares por adulto y cinco bolívares por el uso del trencito, mediante el cual ofrecemos recorridos internos”, explicó.
Los más emblemáticos
No se puede hablar del tiempo que tiene el parque sin mencionar a Luisa, la rinoceronte, pues ella es su inquilina más emblemática. Fue llevada hasta allí hace 35 años; por eso es considerada “La Fundadora”. Entonces, era quinceañera. Recientemente cumplió 55 y lamentablemente los de esta especie sólo alcanzan los 60 años, aproximadamente.
A Luisa le sigue Tony, el elefante asiático, quien a diferencia de Luisa es aún muy joven pues cumplió 42 años y puede vivir hasta los 70. Él llegó procedente de un circo en el año 2000. Actualmente pesa 450 kilogramos pero, pese a su gran tamaño, fue desplazado por alguien mucho más pequeño que él.
Beri, el joven manatí, es quien acapara la mayor atención de niñas y niños. Hace cinco años fue rescatado de unas redes entre las que casi moría, en una playa de La Cañada de Urdaneta. Quienes le salvaron lo hicieron llegar hasta este zoológico donde fue levantado a tetero. Allí vive feliz en una gran piscina que algunas veces comparte, pero sólo a ratos, con niños que juegan con él durante visitas guiadas. Eso le ha convertido prácticamente en la mascota del parque.
Chiqui, la Tigra de Bengala, no se queda atrás. Ella fue donada por el Circo de Los Valentinos porque presentaba problemas locomotores, pero allí fue recuperada por los veterinarios del parque. Vive feliz cerca de Shir Khan, el felino más grande del lugar con más de 150 kilogramos de peso.
No obstante estas “estrellas del parque”, todos los animales del parque gozan de la buena atención que reciben de los cinco veterinarios adscritos a las unidades de Veterinaria, Zoología y Nutrición, en los 17 ambientes de este parque que próximamente podría recibir a nuevas huéspedes: dos elefantas africanas que durante mucho tiempo formaron parte de un espectáculo circense del cual no participarán jamás.
[Fuente: Prensa Gobierno del Zulia]