El Instituto Nacional de Estadística (INE) no escatimó en informar en su último estudio realizado sobre el empleo en Venezuela, el bajón que tuvo la nómina de la administración pública el pasado abril: fueron 168.773 los ciudadanos que desaparecieron de esas partidas 401.
Aunque el empleo en el sector privado tuvo un aumento relativamente alentador en un aproximado de 400 mil plazas para nuevos trabajadores, de los cuales 57.000 (cifras INE) se sumaron como empleadores o patronos, Fedecámaras explicó que la razón del mismo se debe al inicio del año, momento en el cual las empresas reciben divisas, créditos y materia prima, lo cual aumenta la demanda de personal.
32,8% de los nuevos empleados en el sector privado lo hacen por cuenta propia, es una variable que desde nuestra perspectiva se mantendrá por lo menos hasta las elecciones presidenciales de octubre.
Las empresas llevan varias semanas realizando sus estimaciones y aproximaciones a lo que será el fuerte gasto en personal que se avecina con la aplicación de la nueva Ley Orgánica del Trabajo, un efecto que aún no se ha sentido por lo reciente de su publicación, pero que sin duda generará gran retroceso para la productividad y generación de nuevos puestos de trabajo de calidad.
Un choque séptico sufre la economía nacional que hoy un hombre enfermo trata de frenar con inyecciones de dinero prestado embargando nuestro futuro a costillas de que no culmine el proceso de desmoronamiento de la Revolución Bolivariana. El cuadro de gangrena se altera con la cantidad de informales en la calle y la inseguridad reinante que socios estratégicos para el régimen, como la República hoy Neoliberal de China, no toleran.
Haciendo un análisis de las causas reales que han llevado a nuestra economía a este despeñadero, encontramos un sinfín de características interesantísimas para alimentar el discurso opositor: el destino de los informales, las nuevas y consensuadas reformas que se plantean a la LOT una vez gane Henrique Capriles, la vulnerabilidad de Venezuela como país monoproductor, la asfixia presupuestaria producto del exagerado gasto público, el hipotecado futuro de los jóvenes y los recargados gastos “logísticos” de Chávez.
Probablemente, en un humilde esfuerzo por acercarnos al plan estratégico del candidato que queremos gane la Presidencia de la República, estos elementos puedan conectar al producto con el mercado. Antes de atrevernos a emitir un comentario destructivo y desubicado como muchos “líderes de opinión” de siempre, el espíritu de cada pensamiento es colaborar y aportar al sueño venezonalo de cambiar y sentirnos unidos como cuando apoyamos a Greivis Vasquez en sus logros como NBA, Johan Santana u Omar Vizquel en la MLB y a nuestra siempre emotiva y luchadora Vinotinto.
El empleo, una materia pendiente del actual Gobierno y a la cual hay que sacarle mucha punta. El objetivo es enlazar al elector con Henrique Capriles, sorteando la campaña de descrédito que desde la parrilla comunicacional estatal se ejecuta sin contemplación con el fin único de desgastar a la alternativa democrática.
Por: Ángel Arellano / @angelarellano