La Sinfónica Juvenil de Caracas sigue consolidándose cada año como una de las principales orquestas de El Sistema. Su crecimiento artístico va al ritmo de la avasallante energía de sus jóvenes 180 músicos. Y la prueba más fehaciente de este crecimiento, fue el concierto inaugural de su tercera gira internacional: Lisboa, una ciudad tan sentimentalmente unida a Venezuela, los recibió con los brazos abiertos este pasado domingo en el auditorio de la Fundación Gulbenkian, una de las salas más prestigiosas de Europa.
“En nombre de la juventud venezolana, queremos dedicar este concierto a la juventud de Portugal”. Estás emotivas palabras con las que el joven maestro Dietrich Paredes abrió el concierto, provocaron la primera salva de aplausos del público lisboense que había agotado las entradas tres semanas atrás. Inmediatamente, Paredes alzó su batuta y los músicos perfectamente alienados interpretaron la Sinfonía N° 3 de Camile Saint-Saëns, ejecución que fue reconocida por la audiencia con 15 minutos de palmas. Y de nuevo se hizo el silencio: La Sinfonía N° 10 de Dimitri Shotakovich, fue agradecida por la audiencia con otros 20 minutos de ovación.
A esas alturas del concierto, ante tanta adrenalina corriendo entre butacas y escenario, nadie en la sala quería marcharse. Por ello, la tanda de bises no se hizo esperar y la Sinfónica Juvenil de Caracas, feliz e inspirada por la euforia del público, lanzó nuevas muestras de su excelencia musical. La Danza Bacanal de Saint-Säens, el Tico Tico de Zequinha de Abreu y el ya emblemático Mambo de Bernstein, terminaron de enloquecer a los jóvenes, niños, padres y abuelos que se agolparon al pie del escenario para capturar alguna de las chaquetas con el tricolor venezolano, que los músicos venezolanos suelen obsequiar al final de sus presentaciones.
“Estamos muy contentos con nuestro paso por Lisboa, el público fue muy caluroso y nos sentimos como en casa; además, es una gran satisfacción representar a la Venezuela musical creada por nuestro querido maestro Abreu”, afirmó Paredes al tiempo que era felicitado por Risto Nieminen, director musical de la Fundación Gulbenkian, quien destacó que, “ha sido una grata sorpresa escuchar esta orquesta y ver la forma como disfrutan tocando, es algo que no voy a olvidar. Me impresionó el altísimo nivel que tienen para ser músicos tan jóvenes, así como la impecable técnica y la elegancia de su director; sin duda es un gran estimulo para el proyecto “Orquesta Generación” que replica El Sistema en Portugal”.
Venezuela y Lisboa más cerca
La orquesta también vino al territorio lusitano con una misión educativa. Los músicos tuvieron la oportunidad de compartir y enseñar a los niños y jóvenes del proyecto Orquesta Generación, que replica El Sistema en Portugal, en una visita realizada a una de sus sedes. Esta iniciativa es dirigida por el venezolano Pedro Saglimbeni.
“Estamos verdaderamente impresionados con el nivel que tiene la Sinfónica Juvenil de Caracas, la intensidad y el entusiasmo con que tocan es algo único, que ha inspirado y motivado enormemente a los 300 niños y jóvenes del proyecto Orquesta Generación que vinieron a ver el concierto. Esta maravillosa orquesta es un gran ejemplo a seguir”, enfatizó Saglimbeni.
Establecida desde 2007, “Orquesta Generación” comenzó con 25 alumnos en una escuela básica de Lisboa, y ahora atiende a 900 niños en edades comprendidas entre los 8 y los 14 años, distribuidos en 12 núcleos ubicados en Lisboa y en otras 3 ciudades como son Amarante, Mirandela y Coimbra.
Andrés Rivas, concertino de la SJC y quien tendrá la responsabilidad de dirigir el segundo y último concierto en Portugal, que se realizará este martes 22 de mayo en la Casa de la Música de Oporto, narró brevemente su experiencia con los niños del programa “Orquesta Generación”. “Fue muy conmovedor y enriquecedor haber compartido con estos niños y escuchar la música que tocaron para nosotros. Fuimos recibidos con mucho entusiasmo y ellos tienen muchas ganas de aprender de nosotros. Nos alegra constatar cómo El Sistema ha venido creciendo en otros países, como es el caso de Portugal”, dijo Rivas.