Ingenieros aeroespaciales en la Universidad de Strathclyde trabajan con colegas en Europa, Japón y Estados Unidos para colocar estaciones de energía solar donde el Sol brilla todo el tiempo: en la órbita espacial. Estos satélites solares operarían más allá de las variaciones del clima. Y a través de microondas, o rayos láser, transmitirían la energía hacia la Tierra.
El hombre que lidera la investigación, Dr Massmiliano Vasile, dice que uno de los usos potenciales de este sistema es en zonas de desastre, donde la energía se necesita de forma urgente. Vasile asegura que unidades militares móviles también se beneficiarían. Receptores de rayos láser relativamente pequeños les darían independencia de las líneas de suministro de combustible tradicionales.