Desde el 2006 se comenzó a sembrar la semilla de la democracia y de la libertad a pesar de la gran tempestad “revolucionaria” que azotaba, y aún lo hace, al suelo venezolano. En aquel año con la campaña popular y decidida de Manuel Rosales se logró reagrupar a los factores democráticos del país, se pudo enrumbar el camino hacia la victoria y se alcanzó la primera meta que se aspiraba: La reunificación de las fuerzas disidentes al régimen.
En el 2007 en el marco de la elección sobre la Reforma Constitucional se vuelven a sembrar nuevas semillas de libertad, y empieza a brotar de la tierra esa generación de jóvenes aguerridos que al grito de “NO” recorrieron la nación y fueron el motor esencial que nos llevó a nuestro primer triunfo electoral en contra de un gobierno que se creía invencible.
Gracias a la división en nuestro seno democrático en el 2008 no se pudo obtener las gobernaciones y alcaldías que se debieron ganar, la dispersión nos causó un daño terrible, no obstante en el 2009 volvemos a emparejar con el oficialismo en la consulta sobre la Enmienda Constitucional, donde logramos vencer en algunos estados y municipios importantes. Pero la siembra de democracia vuelve a dar frutos en la victoria de las elecciones parlamentarias del 2010 donde obtuvimos más votos que el chavismo, aunque éste valiéndose de artimañas legales y vericuetos políticos se hicieron con más diputados para la Asamblea Nacional.
Ahora, en este año crucial para el porvenir de la democracia, seguimos sembrando esa semilla de esperanza y de trabajo que nos llevará al triunfo electoral del próximo siete de octubre, estamos abonando el terreno para obtener una cosecha de futuro con Henrique Capriles Radonski a la cabeza. Muchos venezolanos desde todos los rincones del país están donde una demostración increíble de la fe que tienen en el horizontes de la patria, están dando el todo por el todo para alcanzar el triunfo.
El 7 de octubre es la fecha, todos los esfuerzos de miles de venezolanos están concentrados en este día, miles de voluntades están empujando hacia un desenlace democrático de la actual realidad que padecemos, este es el camino que con energía está recorriendo la nación y que va directo hacia una victoria sin parangones en la historia civil venezolana.
Hemos sembrado por años la semilla de la democracia, es hora de que cosechemos una patria nueva, es momento de que tomemos en nuestras manos el fruto de la dedicación y nuestro empeño, porque este será sin duda alguna el legado que le dejaremos a nuestros hijos y nietos.
Por Ana Martínez / @ana_anaco