Esto es predicar con el ejemplo. El prestigioso Instituto Tecnológico de Tokio ha decidido apostar fuerte por las energías renovables y no han tenido mejor idea que recubrir por completo su sede con placas solares. En vertical y horizontal, no importa de dónde provenga el rayo en el país del Sol Naciente, será atrapado por su fachada y convertido en energía para abastecer uno de los centros punteros en desarrollo tecnológico nipón.
Considerado el campos más prestigioso del país, este impresionante edificio adquiere un aspecto que parece provenir del futuro de la autosostenibilidad.
El ala de Innovación Energética y Medioambiental haga gala de aquello a lo que se dedica con un edificio totalmente cubierto por un total de 4.500 paneles solares con una capacidad de 650 kilowatios junto a otros 100 kilowatios en células de combustible.
Una estructura de 7 pisos de alto con dos niveles subterráneos que dese ahora emplea la mitad de energía que un edificio “normal” de las mismas dimensiones. Es posible que este sea un primer paso para comenzar a ver recubrimientos similares por otros edificios que permitan un uso más eficiente de los recursos energéticos, por no hablar de unos diseños arquitectónicos totalmente revolucionarios y con una preponderancia de la utilidad frente a la estética.