El vino es un “alimento” de la dieta mediterránea que, tomándolo con moderación y acompañando las comidas, es muy saludable para el organismo.
“El carácter distintivo del vino a efectos de salud viene dado por los compuestos aromáticos y por los compuestos fenólicos como el resveratrol, los antioxidantes y los polifenoles”, asegura Domingo Valiente, Secretario General de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN).
Y es que prestigiosos estudios de salud demuestran los beneficios de un consumo moderado de vino tinto. Es conocido que previene enfermedades del corazón pero otros estudios más recientes indican que también previe y alivia los efectos de otras enfermedades como la demencia, la diabetes o la osteoporosis.
A continuación enumeramos 10 razones que animan a su consumo moderado. ¡Toma nota!
1. Cuida tu corazón
Numerosos estudios han demostrado que un consumo regular y moderado de vino tinto (una o dos copas al día) ayuda a una mejor circulación de la sangre y disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
En concreto, un estudio de la Universidad de Stanford ha descubierto que uno de los factores del vino es que activa una enzima llamada “aldehyde dehydrogenase 2”. Esta enzima elimina elementos tóxicos, previniendo daños adicionales a las células del corazón.
2. Retrasa la demencia
El consumo moderado de vino tinto puede ayudar a retrasar la llegada de la demencia senil y otras formas de demencia.
Una investigación reciente del Hospital Clínico de Barcelona reafirma los beneficiosos efectos de tomar una o dos copas de vino al día para la prevención del Alzheimer.
Hay dos proteínas peptídicas relacionadas con el Alzheimer. Estas proteínas tienen tendencia a unirse formando placas que rodean y matan células cerebrales. Estudios de las Universidades de California, Los Ángeles y Mt. Sinai, la Escuela de Medicina de Nueva York han descubierto que los polifenoles, sustancia que se encuentra en las semillas de las uvas vinícolas, evitan la formación de estas placas.
3. Previene la artritis
Estudios realizados en Suecia han descubierto que beber una media de 5 a 10 copas de vino tinto a la semana puede reducir el riesgo de desarrollar artritis reumática en más de un 50% frente a los no consumidores de vino.
Además, otros estudios han concluido que el consumo moderado de vino tinto está asociado al aumento de la densidad de los huesos en mujeres de la tercera edad, reduciendo de este modo su riesgo a padecer osteoporosis.
4. Ayuda a mantener la gripe y catarros alejados
Un estudio español demostró que aquellos que consumían de 8 a 14 copas de vino tinto en una semana eran menos propensos a coger un resfriado que los que bebían cerveza, bebidas espirituosas o nada de alcohol.
Estudios de la Universidad de Carolina del Sur aseguran que la sustancia química, un polifenol denominado “quercetina”, que se encuentra en el vino tinto, las manzanas y las cebollas ayudan a proteger contra la gripe.
5. Reduce el riesgo de diabetes
Los consumidores de cantidades moderadas de vino tienen más posibilidades de prevenir la diabetes de tipo 2. Un estudio de la Universidad de Salud Pública de Harvard realizado entre mujeres mayores de 25 años que consumían un o dos vasos de vino al día tenían un 58% menos de probabilidades de tener diabetes que las no bebedoras.
Según Rosa María Lamuela, miembro del comité científico de FIVIN: “Un consumo moderado de vino no perjudica al diabético, y actúa de bactericida. También ayuda a mejorar la digestión, y es benéfico para problemas de halitosis, faringitis crónica, úlceras, diarreas y estreñimiento”.
6. Reduce la tensión arterial y el colesterol
Investigadores españoles concluyen que las uvas que se destinan para el vino tinto contienen significantes niveles de fibra. Han detectado que la fibra y los antioxidantes que se encuentra en la variedad Tempranillo, en particular, parecen reducir más la presión sanguínea y el colesterol que otras fuentes más conocidas de fibra como la avena.
“Otros beneficios que aporta el consumo moderado de vino es el aumento del colesterol HDL (colesterol bueno). Las lipoproteínas de alta densidad participan activamente en la depuración del colesterol en exceso dentro del organismo”, añade Rosa María Lamuela.
6. Reduce la tensión arterial y el colesterol
Investigadores españoles concluyen que las uvas que se destinan para el vino tinto contienen significantes niveles de fibra. Han detectado que la fibra y los antioxidantes que se encuentra en la variedad Tempranillo, en particular, parecen reducir más la presión sanguínea y el colesterol que otras fuentes más conocidas de fibra como la avena.
“Otros beneficios que aporta el consumo moderado de vino es el aumento del colesterol HDL (colesterol bueno). Las lipoproteínas de alta densidad participan activamente en la depuración del colesterol en exceso dentro del organismo”, añade Rosa María Lamuela.
7. Reduce el riesgo de cáncer de garganta
De acuerdo con un estudio publicado en marzo del 2011, beber vino con moderación puede proteger de la aparición del cáncer de esófago. Los investigadores descubrieron que los sujetos que consumían entre 7 y 14 vasos de vino a la semana reducían las posibilidades de desarrollar la enfermedad en un 56% de los casos.
8. Estimula el corazón antes de hacer ejercicio
Según Douglas McKeag, director de la Universidad de Medicina Deportiva de Indiana, “no es perjudicial para tu salud si bebes un poco de vino antes de hacer ejercicio, de hecho, estimula el corazón”. Otro beneficio físico es la dilatación de los vasos sanguíneos y la relajación de los músculos.
9. Te ayuda a mantenerte despierto
Un estudio publicado por Journal of the Science of Food and Agriculture señaló que la uva vinícola es rica en melatonina, una hormona que no solo te espabila por la noche sino que también actúa como un fuerte antioxidante y elimina la toxicidad de las células.
10. Reduce el riesgo de enfermedades de tipo cardiovascular
Científicos europeos han asociado el consumo moderado de alcohol, especialmente del vino, a mayores niveles de ácidos grasos y de Omega 3 en la sangre.
Estos ácidos grasos ayudan a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Como el cuerpo no produce naturalmente estos ácidos grasos, tiene que sintetizar estas dosis de Omega 3 procedente de aceites vegetales con la ayuda del alcohol.