Las velas del barco no están desgastadas y aun queda mucho por recorrer como nación en momentos de cambio. Las transformaciones llegan para quedarse a partir de octubre y toda la esperanza se enrumba hacia el desarrollo y el bienestar.
Es menester no hacer de las Primarias un encuentro sangriento, donde titanes se enfrentan a muerte para que gane el más robusto estratega movilizador del voto. El domingo 12 de febrero, en conmemoración a la juventud luchadora, tiene que ser una justa democrática, pacífica, de alegría para toda Venezuela.
Prohibido caer en tentaciones de peleas y disputas, porque a lo largo de estos meses de campaña las reglas las pusimos nosotros, y nadie más que nosotros. Entre bomberos la manguera tiene que ser bien utilizada para apagar el incendio, no para avivar un descontento hasta ahora inexistente.
La gente en la calle está feliz porque este proceso de medición natural donde todos participarán, será un filtro de la MUD para llegar a octubre con valentía y coraje demoliendo mitos y leyendas.
En el país hay una juventud que debe ser garante de la paz, de la tranquilidad entre postulados a municipios, estados y la presidencia misma. El compromiso es grande puesto que el 13 de febrero la sociedad entenderá que estamos avanzando políticamente en el sector democrático y eso se tiene que evidenciar en triunfos para lo posterior, venciendo el miedo que equivocadamente quiso sembrar el chavismo en nuestros votantes.
Los jóvenes entendemos que la opción para Venezuela debe tener dos banderas fundamentales para la recuperación de la libertad: trabajar incansablemente por la descentralización y no querer atornillarse en el poder. El personalismo debe morir el 7 de octubre y con él las aspiraciones de muchos de querer eliminar la Boliburguesía para que otras cúpulas empresariales gobiernen. Eso es rechazado y para la Unidad lo principal es la cohesión de todos los factores por el bien común.
Esta opción de la que escribimos se ve representada en Pablo Pérez, un hombre tenaz y conocedor de la materia pública, con una elogiable gestión en el estado Zulia y un proyecto que es acompañado por esos jóvenes que le dieron un nuevo aliento a la nación desde la victoria del 2 de diciembre en 2007.
Los universitarios, los estudiantes de bachillerato, los recién graduados y profesionales, así como los que están a la espera de una mano amiga para estudiar y ser más productivos, ven en Pablo Pérez un ciudadano capaz de conseguir una victoria rotunda para la República y la democracia en octubre. El destino es nuestro, salgamos este domingo 12 de febrero y participemos por un futuro seguro.
Fuente:
Ángel Arellano
Twitter:@angelarellano
www.angelarellano.