Pedro Sánchez puede respirar unos días. Saca adelante la quinta prórroga del estado de alarma, pero pierde apoyos y escucha a sus socios de investidura advertirle de que la legislatura podría estar en peligro. Los que le llevaron a La Moncloa se van descolgando del apoyo y advierten de lo que puede ocurrir en el futuro de la legislatura, una vez que el presidente del Gobierno ya no se apoya en ellos, sino en Ciudadanos.
«Mantengo los compromisos de la investidura que tiene cuatro años por delante«, se ha visto obligado a precisar el presidente del Gobierno en el turno de réplica.
El presidente del Gobierno gana la votación gracias a los diputados del PSOE, los de Unidas Podemos, los del PNV, los de Más País, los de Ciudadanos, Coalición Canaria y Partido Regionalista de Cantabria, frente al no de PP, VOX, BNG, JxCat, CUP y Foro Asturias. El diputado de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, que apoyó la investidura y el resto de prórrogas, ha anunciado que pasa a la abstención. Navarra Suma ha comunicado la abstención.
“Nadie tiene derecho a derrochar lo que hemos conseguido entre todos” y “hay que culminar el proceso de desescalada”, han sido los argumentos fundamentales del presidente del Gobierno, en un discurso de balance del estado de alarma y sin aclarar si pedirá otra prórroga. Sánchez incluyó multitud de referencias a la necesidad de unidad, justo en la votación más mermada de todas la prórrogas. El presidente ha utilizado como arma contra Casado un informe de la Abogacía del Estado, hasta hora ignoto y que sólo conoce él, que explica que no hay alternativa legal al estado de alarma. Para Casado, es un «informe ad hoc» y sólo mantienen leyes de excepción Polonia, Hungría y españa y se enredaron en un debate sobre leyes. El Gobierno se comprometió a promover una reforma legal que sustituya al estad de alarma, pero esa reforma no ha arrancado aún.
Sánchez se ha centrado en la réplica en una respuesta muy contundente al líder del PP, mezclado con la respuesta al de Vox, Santiago Abascal. «Entre la unidad y la ultraderecha ha elegido la ultraderecha», le ha respondido Sánchez a Casado, antes de acusarle de «dimitir de su deber como líder de la oposición con el Estado para salvar vidas de españoles». Y a Abascal le ha acusado de «querer derrocar a un Gobierno democrático y Casado le ayuda».
«Se está utilizando el virus para derrocar a un Gobierno», ha repetido.
A falta de anuncios, la novedad del debate es que la creciente debilidad parlamentaria del Gobierno sigue avanzando, hasta el punto de que varios de sus socios de investidura le han advertido de los riesgos para el futuro de la legislatura, hasta dibujar un panorama muy incierto. Esos partidos no discuten tanto el estado de alarma como la forma en la que se aplica y su contenido concreto.
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