Aún en su escenario más conservador, las proyecciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) son preocupantes: para los años comprendidos entre 2030 y 2050 se calculan 250 mil muertes anuales adicionales en países pobres en consecuencia al cambio climático.
De esa cifra, unas 38 mil muertes serían debido a la exposición de adultos mayores al calor, mientras que otras 48 mil serían causadas por diarrea, 60 mil por malaria y 95 mil por desnutrición infantil.
‘Estas estimaciones se calcularon dentro de un escenario optimista en términos de desarrollo socioeconómico futuro y adaptación; además, cubren solo cuatro efectos directos del cambio climático en la salud, mientras que hay muchos otros efectos directos e indirectos y vías causales más complejas que no se han cuantificado. Así, la salud de cientos de millones de personas más podría verse afectada por el cambio climático’, destaca un informe especial elaborado por la OMS.
Este informe reciente responde a la petición realizada por la Presidencia de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP23), que ostentó Fiji, en 2017.
Más de 80 profesionales en salud, académicos, representantes de la sociedad civil y agencias internacionales aportaron su conocimiento para elaborarlo. ‘La evidencia es clara de que el cambio climático ya está teniendo un impacto grave en la vida y la salud de las personas.
Amenaza los elementos básicos que todos necesitamos para una buena salud: aire limpio, agua potable, suministro de alimentos nutritivos y refugio seguro, y socavará décadas de progreso en la salud mundial. No podemos permitirnos retrasar más la acción’, manifestó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
DESNUTRICIÓN
A tono con el reciente informe especial elaborado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), la OMS se dio a la tarea de evaluar algunos impactos en la salud derivados del cambio climático partiendo de escenarios de calentamiento de 1.5 °C y 2 °C.
Entre sus conclusiones se destaca que, aún con un calentamiento de 1.5 °C, unas 350 millones de personas podrían morir debido a estrés térmico en 2050. Asimismo, los cambios en los patrones de temperatura y lluvias también varían el rango geográfico, la estacionalidad y la intensidad de los vectores que transmiten enfermedades como la malaria, el dengue, el Nilo Occidental y la enfermedad de Lyme, con lo cual, áreas que antes no estaban expuestas a estas infecciones podrían ahora estarlo como es el caso de Europa o Norteamérica.
En cuanto a desnutrición, la OMS calculó que entre 530 a 550 millones de personas sufrirían esta condición en un escenario de calentamiento de 1.5 °C, mientras que la cantidad de afectados sería entre 540 y 590 millones si el escenario de calentamiento fuera de 2 °C.
Un calentamiento a este punto exacerbaría la contaminación del aire y las muertes asociadas por ozono.
‘Si el cambio climático no se mitiga, la desigualdad de los ingresos a nivel global podría aumentar considerablemente. Como los impactos del cambio climático en la salud se distribuyen de manera desigual, las inequidades existentes se exacerbarán más a 2 °C que a 1.5 °C de calentamiento.
Por lo tanto, mantener el aumento de temperatura a 1.5°C podría prevenir algunos de los peores efectos del cambio climático para la salud y mejorar la efectividad de la adaptación, que se volverá cada vez más restringida al calentamiento de 2 °C o más’, señala la OMS.
Asimismo, la OMS agregó: ‘sin embargo, las amenazas para la salud a 1.5 °C de calentamiento siguen siendo importantes y los objetivos para prevenir los efectos dañinos del cambio climático en la salud humana y el bienestar podrían no cumplirse en este escenario’.
De hecho, la misma OMS hizo el cálculo: cumplir con las metas del Acuerdo de París podría salvar un millón de vidas al año en el 2050 por concepto de contaminación del aire.
‘El verdadero costo del cambio climático se siente en nuestros hospitales y en nuestros pulmones. La carga para la salud de las fuentes de energía contaminantes es ahora tan alta, que pasar a opciones más limpias y más sostenibles para el suministro de energía, el transporte y los sistemas alimentarios se paga por sí solo. Cuando se toma en cuenta la salud, la mitigación del cambio climático es una oportunidad, no un costo’, declaró Maria Neira, directora de Salud Pública de OMS.
ALTERNATIVA
Actualmente, solo el 3% de los recursos destinados a salud son invertidos en prevención y únicamente 0.5% del financiamiento climático proveniente de fuentes multilaterales se ha destinado específicamente a proyectos en salud.
Es más, de los 41 planes de acción en adaptación presentados por países en vías de desarrollo ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, si bien el 95% reconoce que la salud es particularmente afectada por el cambio climático, solo el 11% de los proyectos prioritarios se enfocan en esta materia.
El informe de la OMS hace un llamado a los países para que incorporen la salud en los análisis costo-beneficio que realicen en cuanto a mitigación del cambio climático.
Incluso, la OMS recomienda hacer uso de incentivos fiscales como la fijación de precios del carbono y los subsidios a la energía para motivar a los sectores a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes del aire.