La transición política es el espacio o intervalo en el que se pasa, no sólo de un gobierno a otro, sino de un sistema político, orden social… a otro. Durante las décadas de los años 60, 70 y 80 se dieron varios procesos de cambio político en América Latina que han hecho que los politólogos O’Donnell y Alcántara comenzaran a estudiarlas, planteando regímenes abiertos respetuosos de las libertades y los derechos políticos, como aboga Dahl del autoritario al poliárquico.
En Venezuela el golpe de estado a Medina Angarita (1945) tuvo como resultado una constitución democrática y una elecciones libres; en Ecuador la dictadura de Guillermo Rodríguez Lara la tumban en 1976, se instaló un triunvirato y elecciones en 1978 donde gana Jaime Roldós Aguilera, demócrata que murió en el ejercicio de su cargo en un accidente; en Perú renuncia Alberto Fujimori desde Tokio (2000) – antesala de manifestaciones – el Congreso ungió a Valentín Paniagua, quien renovó el Poder Judicial, indultó a los presos políticos… terminó con elecciones en el año 2001 con el triunfo de Alejandro Toledo; en Argentina la cruel dictadura de José Rafael Videla comenzó su proceso con la movilización popular, sindicatos, las madres de plaza de mayo…termina con las elecciones cuando gana Raúl Alfonsín en 1983…
Latinoamérica cuenta una historia política traumática marcada por la cultura del caudillo, populismo, personalismo males de nuestro conteniente que debemos erradicar, para salir adelante. Pero también con una sociedad que ha impulsado con sangre, sudor y lágrimas sus cambios.
En ese lapso las reglas del juego político no están bien definidas, de ahí los ajustes/acomodos mutuos entre los actores y sus respectivas estrategias (O’Donnell). En un primer momento las instituciones políticas que están en manos de una élite, progresivamente se van abriendo y se propulsa la participación ciudadana, se discute el funcionamiento del régimen, sistema político y se imponen las prácticas contenidas en la Constitución o los cambios que se necesitan.
No existe una receta que pueda aplicarse en todos los casos, pues cada proceso es único, con grados y ritmos diferentes e interfieren un número casi ilimitado de factores. Toda transición política está cargada de incertidumbre.
En Venezuela con las elecciones del domingo 16/7/2017 donde 6.767.894 ciudadanos salieron, sin miedo a votar para rechazar la ANC que adelanta el gobierno sin consulta previa, la actuación represiva de las Fuerzas Armadas y, lo más importante, que la Asamblea Nacional nombre nuevos poderes públicos. En aplicación de los dispositivos 333 y 350 CRBV, la sociedad desconoció al CNE por haber conculcado sus elecciones. Con lo cual se da inicio a un proceso de transición que debe culminar con elecciones libres.
En medio de la incertidumbre de factores: una sociedad cómoda, individualista que no se sabe cómo actúa ¿se retrae o se atreve?, una economía en crisis que fomenta la delincuencia, estafas, secuestros… , diferentes sectores opositores: los Independientes (libres) apoyan lo que sea; Resistencia (Duros) cambio de gobierno; Mud (Institucionales) quiere los cambios en ese marco; Disidentes Mud (Graduales) cohabitan hasta cambiar al gobierno; Chavistas en su preservación…Todos con un sueño de cambio, así que estamos en el camino, no hay tiempo para el desaliento.
Por Carlota Salazar Calderón
@carlotasalazar