Dormir con el smartphone cerca de nosotros no tiene consecuencias negativas en el sentido de que algunos magufos tratan de divulgar, esto es, influencia de ondas nocivas, fuerzas telúricas y toda la pesca, pero esta costumbre no es recomendable por otro motivo: podría provocar trastornos de sueño. Fuente.
Es al menos lo que sugiere un reciente estudio llevado a cabo por la University of Pittsburgh School of Medicine y los Institutos Nacionales de Salud (EEUU), y ha sido publicado en la revista Preventive Medicine.
Atento al móvil incluso en horas de sueño
Lo que ya se ha vuelto una costumbre bastante generalizada es que mantengamos el smartphone conectado en nuestra mesita o incluso entre las sábanas, y que una vez a oscuras parpadee anunciando una notificación. Las personas que suelen coger el móvil para revisarla y esto lo hacen con frecuencia, son más propensas a tener trastornos de sueño que aquellas que lo hacen con moderación.
A esta conclusión llegaron los investigadores tas un estudio con 1.788 adultos de entre 19 y 32 años de edad con objeto de averiguar qué asociación existía entre las alteraciones del sueño y el uso creciente de redes sociales por parte de los mismos.
Los voluntarios utilizaban los medios sociales un promedio de 61 minutos al día y revisaban sus cuentas unas 30 veces por semana. Respecto al sueño, casi el 30% de los participantes tenía niveles altos de perturbación del sueño.
Los que revisaban más a menudo su smartphone tenían tres veces más probabilidades de sufrir trastornos de sueño, en comparación con los que lo hacían muy poco. Según sus autores:
La fuerte asociación entre el uso de smartphones y las alteraciones del sueño tiene importantes implicaciones clínicas para la salud y el bienestar de los adultos jóvenes. El trabajo futuro debe tener como objetivo evaluar la direccionalidad para comprender mejor la influencia de factores contextuales asociados con el uso de smartphones.
Los problemas que conlleva no dormir a oscuras
Una encuesta de la [Fundación Nacional del Sueño](Una encuesta de la Fundación Nacional del Sueño señala que cuatro de cada diez estadounidenses se llevan sus teléfonos móviles a la habitación cuando van a acostarse. Entre los adolescentes de 13 a 18 años el porcentaje asciende hasta un 72 %. Además, estos aparatos no permiten que en el dormitorio haya la suficiente oscuridad con sus continuos encendidos. Un estudio publicado en Nature también ponía de relieve cuán gravoso para nuestra salud circadiana ha sido el desarrollo de la luz eléctrica.
Y el problema no solo es el móvil: según un estudio de la Universidad Estatal de Ohio presentado en el encuentro anual de la Sociedad Americana de Neurociencia en San Diego, la luz de la televisión mientras dormimos puede deprimir nuestro estado de ánimo.