En el hemisferio sur enero es el mes mas caluroso del año. En algunas ciudades las temperaturas apenas alcanzan los 30 grados centígrados durante el verano —lo cual ya es bastante caliente—, sin embargo, en algunos lugares las temperaturas son mucho más elevadas. Fuente.
Por ejemplo, Australia se caracteriza por sus extremas temperaturas, sobre todo durante los días de verano, que el calor supera los 40 grados centígrados. Aún con temperaturas tan extremas, cada enero se lleva a cabo, en Melbourne, el primer torneo Grand Slam del año, el Abierto de Australia. ¿Te imaginas jugando al tenis bajo 44 grados centígrados? Los tenistas profesionales lo deben hacer si quieren mantenerse en competencia.
En enero del 2014 Melbourne vivió la ola de calor más importante de las últimas décadas, con temperaturas que alcanzaron los 46 grados centígrados durante más de siete días seguidos. Aún así, durante el Australian Open, rara vez se aplicó la regla del calor extremo.
¿En qué consiste la regla del calor extremo?
La regla del calor extremo consiste en un conjunto de acciones para evitar que las elevadas temperaturas puedan causar cualquier tipo de daño físico a los tenistas. Además, también para cuidar la salud de los jueces, los ballboys (alcanzapelotas) y los propios espectadores del partido.
Teóricamente la regla se activa cuando la temperatura supera los 35 grados. En ese caso, todos los partidos ya comenzados en canchas exteriores deberán jugarse hasta el final independientemente de la temperatura. La regla da ventaja a quienes juegan más tarde ya que luego de activada la regla no podrá comenzar ningún partido hasta que no baje la temperatura.
En las canchas con techo retráctil, este se cerrará al culminar el set que está en juego al momento de aplicarse la regla. Algunos jugadores presentaron quejas ya que resulta muy injusto que algunos deban continuar sus partidos aún con elevadas temperaturas, mientras otros tienen el privilegio de retrasar la entrada a la cancha para evitar el calor.