Venezuela y Estados Unidos han retomado el diálogo, a pesar de la crisis diplomática entre ambos países, para abordar la situación de sus respectivas embajadas, cuyo personal amenazaron con reducir como consecuencia de la última escalada de tensión, publicó ABC.es. Una fuente norteamericana ha revelado al diario venezolano «El Universal» que Washington y Caracas están en contacto para superar el ‘impasse’ provocado por la petición del Gobierno de Nicolás Maduro a Estados Unidos de que redujera el personal de su Embajada.
«Estamos teniendo conversaciones sobre este asunto (de las embajadas) con el Gobierno venezolano por la vía diplomática», ha dicho un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, bajo condición de anonimato.
La fuente ha revelado que la Casa Blanca ha advertido al Palacio de Miraflores de que, si decide seguir adelante con dicha exigencia, aplicará el principio de reciprocidad y pedirá también una reducción del personal en la Embajada venezolana.
La eventual salida del personal venezolano de Estados Unidos amenazaría su representación en algunas ciudades. «Esto sería peligroso en Houston y Nueva York, teniendo en cuenta que de la primera viene un grueso de la mercancía vendida a Venezuela», ha añadido.
En estas conversaciones, Estados Unidos también habría alertado a Venezuela de que varios de sus funcionarios se están dedicando a temas políticos que escapan a su competencia, violando así la Convención de Viena.
Primeros contactos
Estos contactos son los primeros que se producen después de que los presidentes de Estados Unidos y Venezuela, Barack Obama y Nicolás Maduro, respectivamente, se reunieran «en un marco de amplio respeto y cordialidad» durante la Cumbre de las Américas, celebrada entre el 10 y el 11 de abril en Panamá.
El primer encuentro bilateral tras el estallido de la última crisis tuvo lugar en vísperas de dicho foro regional entre la ministra de Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, y el consejero del Departamento de Estado Thomas Shannon.
La escalada de tensión comenzó en diciembre, cuando Obama firmó una ley para sancionar a los funcionarios venezolanos implicados en las supuestas violaciones de los Derechos Humanos cometidas durante las revueltas opositoras.
Como réplica, el Gobierno de Maduro dio el 8 de marzo 15 días a Estados Unidos para reducir el número de trabajadores de su Embajada y exigió que, a partir de ese momento, Washington informara de las reuniones que sus funcionarios mantuvieran en Venezuela.
Además, anunció que volvería a pedir visado a los turistas estadounidenses. Ésta es la única medida de todas las anunciadas que se ha puesto en marcha desde entonces.
Fuente: [abc.es]