En el informe sobre la carga global de la violencia armada, presentado hoy en Ginebra por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), destaca que una cuarta parte de las muertes violentas que ocurren en el mundo se producen en un grupo de países que apenas concentran el 4 % de la población mundial, entre los que se encuentra Siria, Honduras y Venezuela que sufren las peores situaciones.
Una cuarta parte de las muertes violentas que ocurren en el mundo se producen en un grupo de países que apenas concentran el 4 % de la población mundial, entre los que Siria, Honduras y Venezuela sufren las peores situaciones, reveló hoy la ONU.
«La violencia se ha concentrado en países exentos de conflictos», revela la edición 2015 del informe sobre la carga global de la violencia armada, presentado hoy en Ginebra por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Del grupo de dieciocho países con las tasas más altas de muertes violentas (más de 30 muertes violentas por cada 100.000 habitantes), sólo un tercio experimentan un conflicto armado.
«La relación entre violencia armada y desarrollo truncado es evidente porque una vez que la violencia se desata, sea en contextos de conflicto como en sociedades con altos niveles de violencia, es muy difícil volver atrás y se pierden años y hasta décadas de desarrollo», comentó el director del PNUD en Ginebra, Neil Buhne, en una rueda de prensa.
Los índices de muertes en episodios de violencia en Honduras (90,2) y Venezuela (72,2) situaron a estos países en 2012 -año de referencia que se usa en el informe- sólo por detrás de Siria, donde una guerra civil estalló el año anterior.
La tasa de muertes violentas en esos dos países latinoamericanos es así más de diez veces mayor que el promedio mundial, que es de 7,4 personas asesinadas por cada 100.000.
El informe indica que alrededor de 508.000 personas mueren anualmente por causas violentas.
Esta cifra se descompone en unas 70.000 muertes en situaciones de conflicto armado, 377.000 homicidios intencionados, 42.000 no premeditados y 19.000 relacionados con intervenciones policiales y operaciones militares.
El número de mujeres víctimas de homicidios se redujo en años recientes para situarse en unas 60.000, aunque aumentaron en El Salvador y Honduras.
De manera general, los feminicidios representaron el 16 % de homicidios intencionados.
Las armas de fuego fueron utilizadas en el 44 % de todos los asesinatos y constituyen el método más habitual para matar, seguidas de cuchillos, con los que se cometen un tercio de crímenes.
El informe indica que las armas fueron utilizadas en aproximadamente 197.000 casos.
También en este aspecto, América Latina y el Caribe sobresalen de forma negativa, pues allí las armas de fuego son usadas cinco veces más para cometer asesinatos que en el resto del mundo.
Siria y Libia son los países donde los conflictos se han traducido en más muertes.
Los analistas del Programa de la ONU para el Desarrollo han determinado que el coste económico anual de los homicidios es de aproximadamente 170.000 millones de dólares y que los países de economías emergentes serían los que obtendrían mayores beneficios económicos con un cambio de la situación.
Ello debido a que la esperanza de vida aumentaría, así como la seguridad y la productividad.
Se estima que la esperanza de vida aumentaría un año en los países más violentos de América Latina si esta situación de violencia se revirtiera.
Fuente: [EFE]