Pasar todo el día caminando de un lugar a otro o montada en un par de tacones es sinónimo de pies cansados. Esto ocurre porque las articulaciones y músculos de nuestras extremidades se agotan al estar mucho tiempo en una misma posición, en constante movimiento o dentro de un calzado no apropiado. Lo cierto es que hay que ofrecerles cuidados básicos y necesarios para que más adelante nuestros pies no nos pasen factura.
Siempre sanos. Si llegas muy fatigada a casa, toma por lo menos 10 minutos para relajarte y cuidar tus pies. Lávalos para que descansen limpios. Cuando te acuestes, ponlos sobre unas almohadas para que queden elevados y circule mejor la sangre, lño cual ayudará a disminuir las molestias e hinchazón.
Suavecitos. Si quieres eliminar o prevenir las durezas y darles un aspecto radiante, lo recomendable es que organices una rutina sólo para ellos, exfólialos una vez por semana. Asimismo, al llegar cada día a casa, quítate los zapatos, enjuágalos y date un masaje con aceite o crema hidratante, esto permitirá disminuir la tensión muscular que se acumula al caminar.
Mejor prevenir que lamentar. Después del baño sécalos bien, no olvides ningún lugar por más pequeño que sea. Así evitarás la humedad y estarás prevenida de hongos e infecciones molestas. Recuerda secar bien entre los dedos y si te duchas en el gimnasio es recomendable que lo hagas con cholitas para que nunca estés descalza y puedas evitar posibles bacterias.
Envidiables. Existen mascarillas especiales para los pies, la de lavanda es muy recomendable por su efecto y aroma relajante. Al menos una vez a la semana llena un envase amplio con agua y rocía el relajante para pies de lavanda (lo puedes conseguir en farmacias) para combatir el cansancio de tus pies.
Protegidos. ¿Te gusta usar sandalias todos los días? Entonces lo más probable es que tus pies estén expuestos a los rayos ultravioletas. Aplícales bloqueador antes de exponerlos al sol y sobre todo si vas a la playa. Asimismo, los tacones son muy bellos, pero insoportables para nuestros pies. Dales un descanso, de vez en cuando alterna tus tacones con un calzado plano.
Fuente: [emedemujer.com]