¡Qué enredo! Primarias para unos, para la mayoría no. Nos convoca gobierno y oposición a elecciones parlamentarias y una se pregunta ¿llegaremos ahí?…y si llegamos…¿qué nos dirán ahora? ¿qué el narco-Estado si respetará los resultados?
Lo sucedido en los comicios para elegir diputados a la AN en el 2010 es la muestra palpable de que con este régimen nunca habrá elecciones auténticas y transparentes. En aquella oportunidad la oposición sacó el 52% de los votos, pero con esa mayoría opositora sólo se le adjudicó el 38% de los diputados. Y es que en Venezuela el fraude es el sistema.
Cada quien está en su derecho de votar y también de criticar el sistema electoral ventajista y cargado de opacidad. La crítica no es al voto pero si al sistema para ejercerlo. Si el pueblo quiere ir a votar…debe estar consiente de que habrá fraude ya que nada ha cambiado de abril pasado -cuando el candidato Capriles expresó que le habían escamoteado los votos- al día de hoy o…¿si cambió?
Vuelvo al principio ¿llegaremos ahí? Basta recorrer los expendios de alimentos y medicinas, estacionarse en las repetidas colas producto de la escasez originada por el régimen para entender que los ciudadanos quieren un cambio…y lo quieren ya. Nuevamente el régimen y sus colaboradores de la otra acera intentan polarizar y adelantan el momento electoral para ello, pero la gran polarización, la real, es sobre las necesidades de la gente, esas a las que nadie o pocos brindan una respuesta. Escasez, inseguridad, inflación son las angustias sustantivas del venezolano de a pie. No quien va a ocupar una curul para “defender un espacio” cuando lo que hay que conquistar es la libertad.
Sólo en libertad podremos adelantar los planes de reconstrucción. Sólo en democracia y con el esfuerzo de quienes habitamos esta tierra podremos hacer de Venezuela el destino seguro de propios y extraños. Sólo entonces comenzaremos a escribir otra historia, bordada con hilos de justicia, lanzando al traste la reinante impunidad.
Quienes no han respetado la vida, mucho menos respetarán el voto y la voluntad popular expresado en él. Quienes han permitido la invasión de nuestro suelo e instituciones por gobiernos extranjeros, grupos subversivos, mafias del terrorismo y el narcotráfico mucho menos acatarán nuestra elección.
Nos ocuparon con el consentimiento de altos oficiales militares, jerarcas nacionales, regionales y locales… Pero fueron incapaces de percibir que jamás podrían ocupar y dominar el espíritu de libertad que inunda el alma y el sentir venezolano.
Tenemos una hoja de ruta impecablemente lógica y fundamentalmente democrática en el Acuerdo Nacional para la Transición que busca reinstitucionalizar al país con una auténtica división e independencia de poderes, donde se pueda ejercer la contraloría de unos y otros, donde se respete el derecho a la vida, la salud y a la libre expresión de las ideas y pensamientos. Ese manifiesto es un llamado a la civilidad y a la modernidad para que todos los venezolanos podamos tener oportunidades de progresar.
El resto es enredo y maraña. La Unidad está fraguada en la calle y en el boca a boca que comienza a emerger con fuerza…y ella está clara.
Por Nitu Pérez Osuna
Publicado en LaPatilla.com