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Hubo un tiempo en el que la cesárea era utilizada como última solución en casos en que los partos se complicaban. Pero ese tiempo ya pasó, especialmente en la cultura china, en la que los bebés que vienen al mundo mediante cesárea suponen el 47% de los totales.
En Hong Kong la situación no es diferente. A lo largo del año, cuatro de cada diez madres dan a luz mediante ese procedimiento, pero la cifra aumenta de manera espectacular cuando se acerca el Año Nuevo Chino. Doctores privados de la isla reconocen haber tenido un incremento de un 20% en las reservas para dar a luz en la semana previa al Nuevo Año Lunar, y la mayoría mediante cesárea.
Varios factores ayudan a entender esto. Uno de ellos es el cambio de año y su significado. La tradición indica que los bebés nacidos en el año del Caballo (el que acabamos de dejar) son mas vigorosos y afortunados que los nacidos en el año de la Cabra, y las leyes del feng shui marcan el día y la hora en la que el nacimiento traerá mejores auspicios para el recién nacido. En Hong Kong, muchos padres se gastan hasta 10000 HK dolares, (algo mas de mil euros) para que los adivinos, de gran tradición en la ciudad, predigan el mejor día para el nacimiento de su retoño.
Otros motivos son todavía mas peregrinos: las futuras madres quieren evitar pasarse las fiestas encerradas en el Hospital, y, de paso, poder ser agasajados con el lai see (sobres con dinero en efectivo que se dan a los niños) por parte de familiares y amigos.
Detrás de todo esto se encuentra también, desde luego, el lucro de los doctores y su comodidad. La cesárea es un procedimiento mas caro. Además, permite organizar mejor los horarios laborales y evitar trabajo a horas intempestivas y días de fiesta.
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Todo esto en perjuicio del bebé. Y de la propia madre, aunque no se dé cuenta. La cesárea es una cirugía, y como tal, tiene sus riesgos. También los tiene para el recién nacido, que es mas propenso a tener problemas respiratorios y de sufrir asma en un futuro.
Pero en Hong Kong, uno de los lugares mas caros del mundo para criar un bebé, el dinero lo puede todo, y los padres que pagan dictan las normas, por encima de las opiniones de los médicos.
Fuente [Abc.es]