Basada en una exitosa novela del escritor estadoundiense Thomas Pynchon, el actor retoma su alta perfomance con nuevo filme del director Paul Thomas Anderson.
Con fama de arisco, el año 2008 pudo haber sido letal para Joaquin Phoenix. Con cara de circunstancia anunció que dejaba el cine para centrarse en su carrera musical, algo que generó una gran conmoción, pero que meses después se confirmó como una estrategia para «I’m still here», el falso documental que rodaba junto a varios amigos.
«Pensé que a nadie le importaría un carajo. Eran los primeros años de la viralidad en internet. Una década antes no hubiera sido noticia. Pero la reacción fue increíble. Al final se nos fue de las manos y llegué a pensar que había destrozado mi carrera», admite el inquieto actor.
Aunque sus agentes estaban enterados de todos los detalles de la «operación», y así se lo hicieron saber a los ejecutivos de la industria, lo cierto es que la broma no sentó bien en la meca del cine y el intérprete dejó de recibir propuestas interesantes.
Hasta que llegó otro inquieto, el director Paul Thomas Anderson, para ofrecerle «The Master». «Y, literalmente, me salvó el culo», dice Phoenix. Ahora repite el plato junto a Anderson con la película «Inherent vice».
Definitivamente, Phoenix vuelve a subir un escalón en su carrera. Excéntrico y arisco con los medios, el actor no reconoce cuando se le señala como uno de los mejores actores de su generación. «Es halagador, pero no creo que sea acertado», le dice a Antonio Martín Guirado, corresponsal de EFE en Los Ángeles.
«Todavía tengo que hacer una interpretación realmente buena y es algo que sigo intentando», subraya el candidato en tres ocasiones al Óscar por «Gladiator», «Walk the line» y «The Master».
Los hechos parecen darle la razón. «Inherent vice» es un cuadro excéntrico y atractivo en el que Anderson desde la dirección y Phoenix desde la actuación complementan un cuadro hilarante y alucinógeno.
El filme se estrena este viernes en Estados Unidos. Es una historia basada en la novela homónima del también excéntrico autor estadounidense Thomas Pynchon. El libro se conoce en español como «Vicio propio» y fue lanzado el año 2012.
La historia se centra en la historia del investigador privado Doc Sportello, quien se lanza a la búsqueda de un promotor inmobiliario desaparecido y acaba involucrado en una red de corrupción policial, dentro de una trama psicodélica que recoge toda la paranoia y el espíritu de la ardiente California a comienzos de los años setenta.
«Inherent vice» hace un juego de palabras con el concepto legal «vicio oculto», que en el derecho inmobiliario se relaciona con los los posibles defectos que puede tener una propiedad en compraventa y que no son reconocibles en el momento de la entrega.
«Para Paul rodar no es sólo un trabajo. Es un explorador y siempre está buscando. Eso lo encuentro inspirador. Cada escena tiene un sentimiento muy concreto y trata de expresarlo de forma única», explica Phoenix.
El actor lidera un reparto de aquéllos en la dinámica película, en la que destacan Josh Brolin, Katherine Waterston, Benicio del Toro, Reese Witherspoon, Owen Wilson y Martin Short.
A estas alturas, Joaquin Phoenix sabe que su nombre es sinónimo de riesgo y, consciente del tipo de papeles que ha venido aceptando en su carrera, asegura que tratará de mantener esa exigencia en el futuro.
«Cuando entra el dinero en juego, corrompe las cosas. De pequeño pensaba que era algo puro porque no conocía el marketing y la publicidad, pero hoy es triste conocer que hay grandes actuaciones que no se tienen en cuenta porque no hay dinero para promocionarlas», reflexiona el actor.
Phoenix sabe que el Óscar o cualquier gran premio puede cambiar la carrera de un actor, como fue su propio caso. «A mí todo esa lógica me ha beneficiado. Los estudios me han apoyado y lo agradezco. Pero, por otra parte, me hace sentir mal porque creo que el trabajo de cada uno debería hablar por sí mismo».
Fuente [Lifestyle.americaeconomia.com]