El gran Séneca dijo una vez: “Ninguno ama a su patria porque es grande, sino porque es suya”… El principio de la identidad emerge primeramente por el amor al terruño que lo vio nacer, que lo cobijó y arrulló a uno.
Existe sentimiento de identidad, que por el contrario, nace en los extranjeros luego de años de albergue, de crecimiento personal, luego del nacimiento de sus propios hijos en la nueva tierra que les dio abrigo.
Lo cierto es que la identidad es parteada por el amor a la patria, a la región, a la ciudad, al pueblo. De allí surgen los más nobles sentimiento en favor a lo que representa el origen y con aquellos que comparten ese mismo sentido de pertenencia.
Cosa distinta ocurre con aquellos que son enviados a la fuerza, por obligación, a tierras lejanas, ellos jamás desarrollan identidad y por el contrario buscan destruir los valores, creencias y culturas de las nuevas tierras que invaden u ocupan.
Esto está ocurriendo en nuestro amado estado Anzoátegui, un forastero ocupa la Gobernación y sus acciones se parecen a aquellos cónsules romanos que llegaban a las tierras conquistadas con el afán de “romanizar” la sociedad.
Vemos con asombro como el gobernador Aristóbulo Istúriz pretende caraqueñizarnos, busca desvincularnos de nuestra esencia como pueblo pretendiendo eliminar nuestra historia, costumbres y tradiciones por decreto.
Sólo falta, como ya están haciendo en otros estados, que el gobernador proponga cambiarle el nombre al estado, suprimiendo parte de nuestro noble e inolvidable ayer. ¡Sería el colmo de los abusos!
Ninguna resolución puede ir en contra de los hábitos históricos de un pueblo, jamás ninguna decisión administrativa puede atentar contra las creencias de los pueblos.
Istúriz con su enorme desconocimiento viene actuando como si fuera un destructor, lo cual no debe parecernos extraño ya que en su momento aseveró que el mejor alcalde y el mejor gobernador es aquel que “desbarate” el Estado.
Quienes amamos a esta tierra seguimos luchando por los valores de Anzoátegui, seguimos de frente recorriendo los pueblos de nuestra identidad, estando en contacto directo con todos los residentes de las ciudades y caseríos bregando por la democracia, la libertad y la costumbres de nuestra tierra.
Tal vez mañana digan que la Virgen del Valle no es la patrona del oriente o que la Virgen de la Candelaria dejará de ser la santa patrona de los anzoatiguenses, son capaces de pasar por encima de la Iglesia Católica e intentar desvirtuar nuestras creencias divinas.
La izquierda comunista como la que profesan estos señores no les interesa un bledo los orígenes de la sociedad, ellos sólo buscan construir una nueva cultura: la del hambre y las necesidades.
Ellos han destruido religiones, aniquilaron culturas, han sometido al pueblo al oscurantismo ateo y pro-soviético, que sólo buscan desvincularnos de nuestra savia de sociedad.
La semana pasada se buscó transformar la historia, se modificó el desfile en Honor al General José Antonio Anzoátegui de Barcelona, donde las décadas se ha realizado, para llevárselo a Puerto La Cruz. Históricamente se había realizado en la tierra barcelonesa porque Anzoátegui es su hijo predilecto, su representante histórico más conspicuo.
A pesar de ello, por encima de los deseos de algunos de cambiarnos para mal, este pueblo se mantiene activo, trabajando y con fe que nadie podrá contra nuestro amor representado en la identidad como anzoatiguenses.
¡Caramba estado mío! ¡Caramba estado Anzoátegui! Tus hijos dicen, vociferan, que “qué mala suerte tienes”, no obstante en el horizonte siempre está un mañana y existimos miles de tus hijos que estamos decidido a seguir luchando por ti y por tu bienestar.
Por Antonio Barreto Sira