A comienzos del mes de agosto los yihadistas del Estado Islámico (EI) comenzaron a difundir sus abusos contra las minorías étnicas y religiosas de Irak. Desde violaciones hasta tráfico de mujeres y niñas los terroristas propagaron el terror entre la población tras ocupar la provincia del Nínive. Centenares de cristianas y yasidíes fueron reunidas, como si se trataran de una manada, en la ciudadela de la ciudad de Tal Afar, al norte del Nínive. Eran jóvenes solteras que esperaban ser seleccionadas para ir a Siria y ser allí utilizadas como esclavas sexuales por los yihadistas del EI.
Refugiados yasidíes huyen de los yihadistas del Estado Islámico
Por 350 dólares o incluso 180. En los foros y redes sociales yihadistas estos discuten y bromean sobre los precios de las mujeres, «adoradoras del diablo» por ser yasidíes. Pero ahora un informe de Naciones Unidas, recogido por la revista «Foreign Policy», va más allá y detalla los abusos propios de hace varios siglos pero con las herramientas del año 2014.
Mosul, el bastión iraquí del Estado Islámico, es uno de los principales mercados de esclavas sexuales, así como Raqa, la capital del «califato». «Mujeres y niñas son traídas con su precio marcado en etiquetas para que los compradores puedan elegir y negociar su adquisición», reza el informe. Estos clientes son en su mayoría jóvenes de comunidades locales, que van integrándose en sus redes seducidos por el dinero y el placer que les ofrece la banda terrorista.
A finales de agosto, la ONU registró el rapto de 2.500 civiles del norte de Irak, incluyendo las regiones de Sinjar, Tal Afar y el valle del Nínive. Una vez en cautividad, luchadores del Estado Islámico asaltaron sexualmente a las jóvenes. Según concluye el informe, el tráfico de esclavas sexuales es un capítulo más, y uno de los más importantes, de la campaña propagandística del Estado Islámico para extender su influencia en Irak y Siria y afianzar el «califato».
Fuente [Abc.es]