El ala chavista del PSUV será perseguida y expulsada del partido con la misma saña y violencia que usa el oficialismo contra los estudiantes, la oposición y todo aquel que muestre una actitud proactiva y militante a favor de la decencia y los valores democráticos. Quienes hasta ayer eran ídolos e íconos morales de la revolución en tiempos de Chávez, hoy, si se mantienen firmes en las enseñanzas del comandante supremo, serán traidores, infiltrados del imperio, caballos de troya del departamento de Estado. El madurismo acabará, usando el poder del petróleo, con todo aquello que se oponga a su idea de poder, economía y estado.
Las purgas en el PSUV llegaron para quedarse y sólo resta calibrar el impacto político que tendrán en el escenario político nacional. Mi opinión es que el poder del madurismo comienza a estar en riesgo por la crisis económica y terminal del modelo y que los intentos por flexibilizar en lo económico el socialismo del siglo XXI, mediante un programa de ajustes que puede dejar en pañales el paquete de medidas tomados durante Pérez II, traerá una severa crisis de expectativas en los sectores populares, aumentado exponencialmente la probabilidad de que Maduro tenga que salir de la presidencia en forma anticipada, tal cual ocurrió con el ex presidente CAP.
El ajuste económico que ha venido realizando el PSUV, y que Maduro hoy en un acto de torpeza política infinita asumió la absoluta paternidad se dará en un entorno de bonanza petrolera, lo cual permitirá a la oposición interna y externa al gobierno desacreditarlo políticamente en forma altamente eficaz. Vincular las penurias del ajuste a la corrupción e ineficiencia de este gobierno será algo tan natural como el cauce de un río y tan corrosivo para la popularidad de Nicolás como sus errores gramaticales o la sensación de segundón que ofrece frente al hombre fuerte del partido, Diosdado Cabello.
Basta revisar unas cifras sueltas para medir el daño en la banda de flotación que ha ocasionado la carta confesión de Giordani, la cual había sido leída por más de 215 mil personas en el portal Aporrea, antes de que se cayera, mientras que en los otros portales asociados al chavismo alcanzaba una cifra cercana a las 100 mil lecturas, es decir, sin rueda de prensa ni imprentas, se estima que más de millón y medio de chavistas de base han leído y comentado la carta. Además nadie se ha atrevido ni puede desmentir el contenido de la misma en cuanto a la corrupción galopante, la inexistencia de la famosa guerra económica, los diversos centros de poder o el desastre y desorden del desgobierno de calle. Han criticado la lealtad de Giordani por publicar la carta, pero nadie ha dicho que lo mencionado en la misiva sea falso.
La oposición debería dejar que esas aguas rojas se sigan enturbiando y por supuesto solicitar investigar los delitos ahí narrados e intentar interpelar al ex ministro, pero sin caer en la estrategia del PSUV que busca responsabilizar de todo al monje y vender a Ramírez, Merentes y al mismo Maduro como unos reformistas pragmáticos que vendrán a enderezar los entuertos del viejo y anacrónico comunista. Cuidado con pisar el peine y salir a defenestrar a Giordani sin incluir a los otros en la responsabilidad.
El país se mete en la segunda fase del mundial de futbol con la cercanía de las vacaciones escolares, en cualquier partido de Brasil o Argentina el gobierno clavará otra devaluación, aumentos de precios, de gasolina, sin haber generado cambios estructurales que puedan justificar el nuevo rumbo. Con el Ajuste Neoliberal llegará mayor represión a las bases del PSUV y mucho cuidado y el golpe es tan fuerte que termina reeditándose un episodio similar al caracazo. Maduro quiere acabar con el chavismo a trocha y mocha pero una cosa piensa el burro y otro el que lo arrea, cuidado y en su afán fiscalista termina con su gobierno.
Por Carlos Valero